Desde la Asociación de Industriales Panaderos y Afines de Rosario dieron una cifra que suma más preocupación al rubro en cuestión: las ventas en Rosario cayeron entre un 25 y un 30 por ciento en los últimos seis meses.

La situación de las panaderías del país es realmente preocupante. Esa cifra no sólo corresponde a la ciudad sino que también se ve reflejada en varias provincias de Argentina desde octubre del 2016 a marzo de este año.

En diálogo con Conclusión, Gerardo Di Cosco, presidente de la Asociación, aseguró que “la situación es gravísima” y que se llegó al límite de que la gente “vaya a comprar alimentos a los países limítrofes”.

“Hace unos 15 días atrás estuvimos en una reunión de la Federación Argentina en la provincia de Mendoza donde hubo aproximadamente 16 provincias representadas del país y en todas el promedio de la caída en las ventas es del 25 y 30 por ciento”, contó.

Y aseguró que “las provincias como Misiones, Salta, Formosa o Mendoza son las que más sufren, porque sus habitantes se van a a hacer las compras a los países vecinos. La realidad es que allá está más barato, pero lamentablemente sale muy caro poder mantener una Pyme debidamente registrada en Argentina”, aseguró.

En ese sentido, Di Cosco mostró su preocupación por la cantidad de panaderías que “posaron a la clandestinidad” y afirmó: “Hay muchos comercios que dejan de pagar impuestos, tienen personal no registrado o están enganchados de la luz. Esa es una competencia desleal que sufrimos últimamente y se incrementa cada vez más”.

Además de la baja del consumo, las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) fueron desde un principio con los aumentos registrados en los últimos meses. Según informó el presidente de la Asociación de Panaderos, la factura de la luz en la que antes venía de 8.000 pesos, ahora subió y vino 25.000 y los mismos incrementos se reflejaron en el gas que pasó de 800 a 5.000 pesos.

De esa manera, explicó Di Cosco, “es casi imposible subsistir”. “Nosotros somos parte de la gente común, somos todos trabajadores y los aumentos nos perjudican como a todos. No somos empresas grandes, somos todos micro pymes de entre 5 y 15 empleados la mayoría de las panaderías en Argentina y tratamos de apechugarla y salir adelante como podemos y esperar que pase esto”, señaló.

Finalmente, el panadero, con más de 30 años de experiencia, aseguró que “estamos a pasos del 2001”. “Hoy se calcula que hay un 40 por ciento en la clandestinidad y si a eso le sumamos los aumentos, es imposible competir y la gente no tiene dinero para gastar, se privan cada vez más.  Tratamos de subsistir como podemos. Pero la falta de demanda desespera”, concluyó.