El exministro de Economía Roberto Lavagna cuestionó la gestión del presidente Mauricio Macri por «sacralizar la inversión» como único motor del crecimiento y advirtió que «el estancamiento se convirtió en recesión».

Las críticas de Lavagna llegaron en un momento en que el Congreso debate un proyecto del Gobierno para atraer capitales previos a flexibilizar normas de control y a horas del inicio del foro empresario con el que Macri espera tentar a corporaciones internacionales a que desembolsen más capitales.

Este lunes se iniciará en Capital el «Foro de Inversión y Negocios en la Argentina», al que ya comprometieron su asistencia más de 2.000 empresarios de todo el mundo, entre los que figuran directivos de corporaciones y al que en esferas oficiales se considera un «mini Davos».

En paralelo, el Congreso debate un proyecto de ley denominado «Participación Público-Privada», que redactó Horacio Reyser, principal asesor de Macri en cuestiones de inversión extranjeras, que busca darle mayores garantías a los empresarios para traer capitales al país.

En esa línea, el secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana, aseguró días atrás que «la lluvia de dólares ya se está dando y a un paso más acelerado del que apostábamos. Este año han ingresado más de 30 mil millones. Tenemos que hacer de la Argentina un país más productivo y competitivo».

Sin embargo, Lavagna, economista del Frente Renovador que apoyó algunos proyectos oficiales, lanzó críticas a esta postura tan volcada a la inversión en desmedro de reactivar el mercado interno como factor clave del crecimiento.

Según el economista, el primer problema que tuvo la administración macrista fue suponer que «el sólo cambio de gobierno haría que llovieran las inversiones»

Sostuvo que «el estancamiento se convirtió en recesión y la inflación ha subido 15 puntos por encima del 25% previo» y añadió que «el acordar a las apuradas, solo concediendo y sin una verdadera negociación con el mini grupo de acreedores, no hizo que Argentina recuperara acceso a los mercados de crédito a tasas comparadas con otros países de la región».

Para el exfuncionario, «hay una vieja receta de decir que las inversiones o como mucho las inversiones más las exportaciones son el motor de la economía. Aunque no se lo haga explícito eso significa que el consumo es visto sólo como un residuo, como la consecuencia».

«El problema es que ese residuo es en grandes números el 75% de la demanda. Como sociedad, nuestra clase dirigente sigue teniendo problemas en encontrar un justo medio. O caemos en el populismo de alentar el consumo sin importar la inversión, lo cual tiene patas cortas o, en el otro extremo, en sacralizar la inversión», enfatizó.