En marzo pasado, los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron 9,3% y estuvieron nuevamente por encima del nivel general de inflación, que estuvo en 7,7% para ese mes. Esos datos del Indec expusieron una tendencia preocupante que, según relevamientos privados recientes, continuó rigiendo durante abril.

La consultora LCG difundió en las últimas horas su informe semanal de precios y advirtió que la tercera semana de abril cerró con una suba de 2%, desacelerando casi 1 punto porcentual respecto al estudio anterior, pero acumulando un 7,6% de incremento en ese mes.

Los datos de mayor preocupación siguen ligados a la canasta básica, que -siempre según este relevamiento- en las últimas cuatro semanas registró aumentos de 14,8% en verduras; 8,5% en «productos de panificación, cereales y pastas», y 7,7% en carnes. Este grave escenario sostiene igualmente que, luego de dos semanas consecutivas de alta incidencia de productos con aumentos, el porcentaje de productos con alzas estuvo por debajo del promedio de los últimos registros.

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Un informe anterior, de la Fundación Libertad y Progreso, sostuvo que en las primeras dos semanas de abril, los precios al consumidor mostraron una suba de 5,3%, mostrando una desaceleración en comparación con el acumulado observado en los primeros quince días de marzo (6,4%). Con base en estas mediciones, proyectaron que la inflación de abril se ubicará en 6,1%.

En esta medición, nuevamente encendieron alarmas los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, que mostraron un avance de 5,9% en la primera mitad del mes (con una desaceleración de 0,3 puntos porcentuales en relación a la segunda semana de marzo).

El índice de Libertad y Progreso agrega que los rubros que más aumentaron en ese lapso fueron «Bienes y servicios varios» (11%); «Restaurantes y hoteles» (9,1%); «Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles» (6,8%) y «Mantenimiento del hogar» (6,1%).

Hay otros datos recientes que generan preocupación. Los precios de los agroalimentos en marzo se incrementaron 3,7 veces del campo a la góndola, de acuerdo al Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora mensualmente el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

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Desde la entidad gremial empresaria indicaron que «el «efecto sequía» comenzó a sentirse en la mesa diaria de los consumidores argentinos, quienes pagaron $3,7 por cada $1 que recibieron los productores».

En cuanto a la participación del productor, en promedio explicó el 28,3 por ciento de los precios de venta final. La mayor participación la tuvieron los productores de pollo (67,4 por ciento), mientras que la menor fue para los de cebolla (6,3 por ciento).

La brecha en los productos frutihortícolas y en los ganaderos El IPOD frutihortícola, compuesto por 19 frutas y hortalizas, arrojó que los precios se multiplicaron por 5,9 veces en marzo, un 51,2 por ciento más con respecto a febrero 2023, incremento explicado, en gran parte, por productos como la lechuga, el tomate redondo, el pimiento, el brócoli y la acelga.

El IPOD ganadero, por su parte, conformado por los cinco productos y subproductos reveló que el consumidor abonó 2,9 veces más de lo que recibió el productor, al igual que el mes anterior.

La cebolla (15,9 veces), el limón (14,6), la calabaza (10,6), la naranja (6,5) y la mandarina (6,1), fueron los 5 productos que presentaron mayor diferencia entre los precios de origen y destino.

Entre los productos que presentaron menor diferencia entre el precio que recibió el productor y el que pagó el consumidor, se encuentran dos productos de origen animal (el pollo, 1,5 veces; y el huevo, 1,9 veces) y tres hortícolas (el tomate, 2,4 veces; el pimiento rojo, 2,2 veces; y la lechuga, 1,6 veces).