Por Ignacio de la Rosa

Entre las tantas funciones que cumple -o debería cumplir- la Iglesia Católica en cualquier parte del mundo, una de las más importantes y destacables es la función social. Y es esta la que en Mendoza no sólo se observa con claridad, sino que además ha experimentado un crecimiento notable desde que comenzó este año. Fundamentalmente, en ayudas que van desde la contención física y espiritual hasta la asistencia con ropa, mercadería y comida.

Según información oficial de Cáritas Mendoza, en lo que va del año se ha incrementado entre 35% y 40% la cantidad de personas en situación de vulnerabilidad que recurren a las parroquias provinciales en búsqueda de esta ayuda, si se compara con quienes lo hacían en 2018.

Desde la entidad destacaron que se trata de aproximaciones, ya que algunas iglesias están todavía procesando los datos que han recopilado.

Donde sí hay estadísticas confirmadas y detalladas es en la parroquia de San Nicolás y Santiago Apóstol (en la Peatonal mendocina), y aquí el crecimiento de pedidos de ayuda alcanza el 54%.

Según confirmó el cura Marcelo De Benedectis -vocero del Arzobispado de Mendoza y párroco de ese establecimiento céntrico-, mientras que en todo 2018 asistieron a 1.070 personas, entre enero y abril del 2019 han hecho lo propio con 1.645 personas.

“No estamos en campaña, no nos interesan las dialécticas y relecturas políticas ni estoy en contra ni a favor de nadie. Solamente estoy a favor de la gente. Esto es solidaridad, y busca ser una respuesta. No es populismo ni asistencialismo; y sabemos que tampoco es el camino. El camino debe estar marcado por la educación, la salud y el trabajo genunino”, destacó el religioso a Los Andes.

También indicó que en la iglesia del microcentro asisten y atienden habitualmente a las mismas personas (aunque esporádicamente se presentan algunas que no han ido antes). “Más que diagnosticar o criticar, lo que intentamos es dar una respuesta a una necesidad. Hay que tomar conciencia de la situación, y tenemos que comprometernos todos. No es algo exclusivo de los políticos; sino también de la sociedad, de los sindicatos, de los medios. Nos preocupa mucho el aumento de la cantidad de gente en situación de calle”, resumió De Benedectis.

El sacerdote además indicó que, por lo general, se percibe un clima de amistad entre las personas que se acercan por ayuda. Alimentos y ropa es lo que más entregan para ayudar a estas personas. Sólo entre febrero y diciembre de 2018 se entregaron 4.400 bolsones de mercadería.

En detalle

Mientras que en noviembre del año pasado se asistió a apenas 17 personas en la iglesia de la Peatonal, en marzo de este año la cantidad llegó a 79. “Las personas en situación de calle son generalmente adultos mayores, aunque vemos que mes a mes se incrementa también la cantidad de jóvenes”, agrego el vocero del Arzobispado.

Para quienes transitan periódicamente por la Peatonal Sarmiento durante primera hora de cada mañana, es inevitable no percatarse de la gran cantidad de gente que se convoca en la puerta de esa iglesia. También lo es el aumento de personas y familias en el lugar que se evidencia día a día.

“También está el grupo UPA, que todos los martes a la noche salen a darle de comer a personas en situación de calle y que entregan 140 raciones de comida por noche”, acotó De Benedectis, quien insistió en que la solidaridad es fundamental en todas estas situaciones.

Productos básicos

En los 4.400 bolsones entregados el año pasado había 2.030 kilos de leche en polvo, 1.580 kilos de fideos, 16.500 sobres de sopa y 8.000 paquetes de galletas de agua.

También hubo arroz (865 kgs), harina (4 kgs), polenta (872 kgs), salsa de tomate (2.650 cajas de 520 grs) y lentejas (790 kgs); entre otros productos.

En cuanto a cantidad, lo que más se entregó a las personas en 2018 fueron saquitos de té y mate cocido (83.000 unidades entre ambos).

“También se han entregado paquetes de snacks y jugos en sobres; así como duraznos y frutas en latas, y golosinas”, agregó el sacerdote, y destacó que a las personas privadas de la libertad se las ayuda periódicamente con elementos de higiene y otras necesidades. Fuera de lo referido a alimentos, lo que más se entregó y entrega para asistir a la gente son pañales, calzados y artículos de higiene personal.

“Se han entregado además camas, colchones, almohadas, ropa de cama (sábanas y frazadas), sillas y cochecitos para bebé. También se han podido entregar cocinas, lavarropas y hasta dinero para pagar alquileres, pasajes, garrafas y medicamentos”, detalló De Benedectis.

Y agregó que fajas ortopédicas, varios pares de anteojos y medicamentos (siempre con receta médica) han sido parte de las distintas partidas de asistencia. Incluso -y en la medida de lo posible- han hecho hasta entrega de útiles escolares a aquellas familias que llevan certificados de escolaridad (sólo se aceptan dos certificados por familia).