La Sociedad Rural Argentina (SRA) destacó en un comunicado que «no hay razones para que haya aumentos en el precio del pan».

En tanto la entidad que dirige Luis Miguel Etchevehere consignó que para abastecer el mercado interno, se necesitan 5,5 millones de toneladas de trigo.

Así en la campaña pasada 2014-2015, se cosecharon 12,5 millones de toneladas de ese cereal y los molinos llevan comprados más de 5 millones de toneladas, un volumen similar al que habían comprado el año último para esta misma época.

Señaló que «al mismo tiempo, el precio del trigo sólo tiene una incidencia del 10 por ciento en el precio del pan».

Sociedad Rural Argentina

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«Si hoy el precio del pan está aumentando es porque así lo permite un mercado que fue fuertemente intervenido por el Estado Nacional y que en todos los casos terminó perjudicando al productor de trigo, que llegó a recibir entre 50 y 70 dólares menos que el precio que hubiera recibido en un mercado sin
distorsiones», aclaró.

También dijo la SRA que «una vez más, y a pocos días de que el kirchnerismo deje el gobierno, se demuestra el rotundo fracaso de la política que implementó desde 2008 en materia de intervención de los mercados».

«Con la exportación cerrada, se divorcia la sana competencia entre las necesidades de los exportadores y la demanda de consumo interno, impidiendo que se refleje el verdadero valor del producto y permitiendo que los exportadores puedan adquirir mercaderí­a con los precios deprimidos durante el cierre exportador», precisó.

Eso es, para la Sociedad Rural «justamente lo que está pasando hoy, ya que en manos de las empresas exportadoras hay todavía 3.889.800 toneladas de trigo sin vender».

«Esta política destructiva tiene que terminar. Sólo sirvió para que se efectuara una transferencia de recursos de los productores a los molinos y exportadores, que superó los 5 mil millones de dólares, desde 2008», indicó el mensaje.

También agregó que «al mismo tiempo el precio del pan subió en más de 800% y tuvimos las dos peores siembras de trigo en 110 años».

«Está muy claro, el mercado de trigo tiene que volver a ser transparente. Un mercado intervenido perjudica tanto a productores como a consumidores», concluyó.