Por Esteban Guida *

El pasado miércoles, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó los resultados del informe “Cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra” actualizado al segundo trimestre de 2017. Este informe comenzó a publicarse a mediados de este año y presenta una estimación de la realidad laboral que atraviesa el país dado que al combinar datos del sector público y de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) incorpora en el análisis a los asalariados del sector público, a los asalariados no registrados y a los no asalariados (cuentapropistas).

A finales del segundo trimestre del presente año, la cantidad de puestos de trabajo totales se ubicaba en una cifra cercana a los 20 millones. Al desagregar, se obtiene que el 76,2% corresponde a empleos remunerados y el resto a mano de obra no asalariada (es decir, trabajadores por cuenta propia). Del total de empleos asalariados que asciende a 15,27 millones, el 70% se encuentra registrado y el resto “en negro”, como se suele decir en la jerga popular.

En base al mencionado informe, entre el 2° trimestre de 2016 y el 2° trimestre de 2017, se crearon 118.000 puestos de trabajo, es decir, en términos interanuales, se produjo un crecimiento cercano al 0,6 por ciento. Los puestos de trabajo que perciben remuneración y se encuentran bajo los regímenes de formalidad aumentaron 0,8% (79.000); los empleos asalariados pero no registrados 0,4% (17.000) y los cuentapropistas 0,5% (21.000).

El hecho de que las variaciones respecto al año anterior sean positivas resulta en sí mismo auspicioso, pero no se puede dejar de mencionar que un crecimiento del 0,6% en la cantidad de empleos no logra compensar el crecimiento de la población en condiciones de trabajar, que se estima en alrededor del 1% de la población.

En consonancia con el aumento de la cantidad de puestos de trabajo asalariado, se registró también que la participación de las remuneraciones del trabajo asalariado en el Valor Bruto Agregado fue de 48,1% en el segundo trimestre de 2016 y de 49,9% en el segundo trimestre de 2017. Este crecimiento interanual de 1,8 puntos porcentuales se explicó 70% por el sector privado y 30% por el sector público. Las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, el transporte, almacenamiento y comunicaciones, y la construcción fueron los sectores privados que más se impulsaron tal generación de ingreso.

Asimismo, en el informe en cuestión, se expone la composición del empleo en todos los sectores públicos y privados de la economía. En otras palabras, se proporciona la cantidad de puestos de trabajo por sector y cómo se distribuye entre formales, informales y cuentapropistas. Al segundo trimestre de 2017, los puestos de trabajo del sector público ascienden a 3,4 millones; mientras que, el sector privado presenta 16,6 millones de empleos.

El comercio, la industria manufactura, la construcción y el agro son los sectores que mayor participación tienen en la cantidad de puestos privados de trabajo. Entre los cuatro explican alrededor del 50% de los empleos privados contabilizados al segundo trimestre del 2017. No obstante, no hay que pasar por alto que el 2016 fue un año marcado por la recesión económica donde se destruyeron una significativa cantidad de puestos de trabajo. Es más, a pesar de los repuntes de actividad que registran ciertas ramas de la economía no todas lograron recuperarse y compensar el derrotero sufrido el año pasado. Particularmente, el sector manufacturero fue y continúa siendo el más perjudicado en términos laborales: a finales de julio de 2017, la cantidad de asalariados registrados en el sector manufacturero ascendió a 1,2 millones, lo que implicó 62.700 empleados menos que en julio de 2015 y 30.000 menos que en julio de 2016.

El informe también da cuenta de cuáles son los sectores con mayor proporción de empleo remunerado no registrado. El primer lugar le pertenece al sector de “Hogares privados con servicio doméstico” que con un total de 1,65 millones puestos de trabajo, el 70% (1,16 millones) corresponde a empleos no registrados. Lo siguen el sector agropecuario y la actividad de la construcción donde el 60% y el 56%, respectivamente, explican la porción de informalidad que marca el total de empleos remunerados.

El desafío de crear puestos de trabajo genuinos para incluir a todos en el dispositivo de producción y distribución de riqueza, sigue siendo una asignatura pendiente. A dos años del cambio de rumbo económico, no hay indicios para pensar que el esquema actual resultará contundente a la hora de lograr resultados acordes con las expectativas iniciales.

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