El paro agropecuario impulsado por Confederaciones Rurales Argentinas, la Sociedad Rural y Coninagro, comenzó ayer y se extenderá hasta el viernes. La medida impactó en la comercialización de granos pero no tanto en el mercado de hacienda en pie. El gobierno nacional salió al cruce.

La protesta contra las políticas del gobierno nacional contó con solo tres entidades de la mesa de enlace. La Federación Agraria de Omar Principe se mantuvo al margen. Según el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aseguró que “no están dadas las condiciones” para aplicar políticas “de otro color” para el campo.

La protesta de productores se realiza bajo la consigna “no maten al campo”.  Exigen la eliminación de las retenciones a los granos, de todo permiso de exportación (Roes) y ayuda para las economías regionales.

Ayer, el Gobierno nacional había oficializado la extensión del subsidio a productores lecheros que se había anunciado días atrás por el ministro Axel Kicillof.

El subsidio de 0.30 centavos de los primeros 2900 litros de leche, no contó con la aprobación de los tamberos que consideraron que ese paliativo «no era la solución del problema».

Por su lado, el presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), Omar Príncipe, aseguró  que el gobierno nacional “dio respuesta a miles de pequeños productores”, por lo cual destacó que la posición de la entidad que conduce “es la de protestar pero dialogar”. Fundado en estas premisas dijo que «no comparte el lockout agropecuario lanzado ayer por la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales y Coninagro».

“A principios de año establecimos que no solamente teníamos que estar protestando en las distintas movilizaciones, sino también que teníamos que gestionar, sentarnos con el gobierno y plantearle cuáles son los problemas para ir dándole soluciones a los chacareros”

Desde Conclusión se abordó el conflicto lechero desde sus inicios, distintos actores del sector estimaron que el derrumbe de precios internacionales de la leche en polvo, que en el último año perdió más de la mitad de su valor, complicó la delicada situación financiera de los tamberos afectados en los últimos años por aumentos de costos en dólares.

Según un informe elaborado por la consultora Abeceb efectuado en el contexto de la protesta que lleva adelante el campo en diversos puntos del país durante la semana, ésta analizó los subsidios actuales que se otorgan a la producción de alimentos y la diferencia con las transferencias que realizó la ex Oncca.

También sostiene que «en lo que respecta al programa de Estímulo al Pequeño Productor de Granos, éste no logra compensar las distorsiones de otras medidas que afectan el precio recibido por el productor, como es el caso de los derechos de exportación y la implementación de los ROEs (cupos, permisos de embarque».

«Con el subsidio, un productor de trigo de más de 200 hectáreas (con un rinde promedio) recibiría actualmente un precio aproximadamente inferior al internacional en aproximadamente un 25%», indicaron los economistas.

Es decir, que «el programa ni siquiera alcanza a compensar el efecto negativo que las restricciones de exportación tienen sobre el precio. Los productores de trigo y maíz enfrentan actualmente márgenes de producción negativos (en algunos casos, incluso en campos propios)».

Según explicaron «los subsidios actuales a la producción de alimentos poco tienen que ver con las transferencias realizadas por el Oncca hasta 2011».

«Hoy son ayudas económicas que permiten aliviar parcialmente la delicada situación económica de los productores agropecuarios afectados por una fuerte reducción de sus márgenes, y ya no se persigue como principal objetivo limitar los aumentos de precios», dijeron.

En el caso de los tamberos, aún con el subsidio (de 30 centavos el litro de leche) el precio interno de julio se ubicaría en niveles muy cercanos al costo promedio de producción, situación que ha sido más la norma que la excepción durante los últimos dos años.

El derrumbe de los precios internacionales de la leche en polvo, que en el último año perdieron más de la mitad de su valor, llevó a una nueva reducción del precio pagado al productor y complicó aún más la delicada situación financiera de muchos tamberos, afectados en los últimos años por un aumento de los
costos en dólares.

La suspensión de las compensaciones dejó en evidencia la dependencia del subsidio por parte de algunas empresas, que comenzaron a enfrentar serias dificultades financieras.

Asimismo, según la consultora, las restricciones a la exportación de trigo sin un esquema fiable de compensaciones llevaron a que el área sembrada del cereal pasara de un promedio de 5,9 millones de hectáreas entre 2005 y 2007 a uno de 3,9 millones en las últimas cuatro campañas.

«Así, se terminó desincentivando la producción de los sectores que se había subsidiado antes, lo que refleja falta de visión global y la inconsistencia de las políticas», indicaron los especialistas.

Este jueves, la Comisión de Emergencia Agropecuaria de Santa Fe, se reunirá para analizar la situación de los productores de distintas zonas de la provincia. El encuentro estará presidido por el ministro de la producción Carlos Faccendini, en el salón amarillo de la cartera productiva.