La gastronomía porteña atraviesa una instancia de catástrofe. Y en ese escenario de desastre, las pizzerías destacan como los emprendimientos que arrancaron el año con una de las peores perspectivas a partir del parate que sigue haciéndose sentir en puntos clave del rubro como la avenida Corrientes, San Telmo, e incluso Puerto Madero.

En ese ámbito señalan que el actual es un momento de profundización de la caída que comenzó a tomar forma en tiempos de la cuarentena pasada. Y que, ante la desaparición de los clientes y la falta de ayuda oficial, lo que viene es una catarata de cierres.

Algo de eso anticiparon en las últimas horas los dueños de Los Inmortales, que evalúan bajar las persianas de forma definitiva de sus sucursales en Corrientes y Lavalle. Los propietarios aseguran carecer de fondos para seguir cubriendo una veintena de sueldos y exponen que, hoy por hoy, facturan en el término de una semana lo que previo a la pandemia recaudaban en un solo día.

En diálogo con iProfesional, portavoces de la APPYCE, la asociación que integra a los dueños de pizzerías y casas de empanadas, aportaron detalles de la debacle que vive ese nicho en particular. Expusieron, sin rodeos, que sin auxilio oficial habrá cierres en cadena en esta primera parte del 2021. «No queremos que después nos digan que no avisamos…», señaló una fuente ligada a la entidad.

«Sin ATP y ninguna otra ayuda, bueno, estamos adelantando que el próximo paso será el cierre de algunas pizzerías clásicas de Buenos Aires. San Telmo, Corrientes, Puerto Madero, al no haber turismo ni funcionamiento de oficinas, se han vuelto lugares donde la situación ya es insostenible. No se puede cumplir con el pago de haberes y los alquileres están por las nubes», añadió.

«La próxima noticia serán los cierres. Es un hecho. Y comprenderá a varias cadenas si no hay alguna ayuda puntual para esas zonas tan afectadas», remarcó.

Desde APPYCE afirmaron que sólo el año pasado el sector perdió el 15 por ciento de sus comercios. Y que, por el mal momento económico profundizado en estas semanas, el ámbito perderá el 35 por ciento de los locales aún en funcionamiento. De cumplirse este pronóstico, Buenos Aires se habrá quedado sin el 50 por ciento de sus pizzerías en menos de un año.

«La realidad es que después de pasar casi un año luchando por mantener los negocios a flote, en medio de la crisis económica que derivó de la pandemia, el sector llegó a un punto crítico. Un 15 por ciento de los comercios tuvo que cerrar sus puertas en forma definitiva porque les resultó imposible sobrellevar los gastos», ratificó Lorena Fernández, titular de la organización.

Según la entidad, durante 2020 bajaron sus persianas al menos 150 pizzerías sólo en la geografía correspondiente a la Ciudad de Buenos Aires. En términos de empleo, semejante «apagón» representó la pérdida de cuanto menos 1.500 puestos de trabajo.

Hace prácticamente un año que comenzó la pandemia y muchas pizzerías se vieron reducidas a «delivery» solamente cuando la mayoría tiene tres canales de venta -justamente, «delivery» más salón y «take away»-, expresaron desde APPYCE.

«¿Cómo hago para abonar los sueldos si tengo empleados para atender el 100 por ciento de salón y sólo me permiten abrirlo en un 30 por ciento, y los alquileres y las materias primas siguen subiendo?», expuso un empresario del rubro. «Es insostenible», añadió.

Complicaciones que se suman

«Las materias primas como la mozzarella aumentaron un 100 por ciento su valor con esta crisis económica, situación (de costos) que en la mayoría de los casos asumió el comerciante y no trasladó el aumento al consumidor. El 35 por ciento de las pizzerías cree que no va a sobrevivir a esta crisis», anticipa un comunicado de la asociación.

La caída de la actividad obligó a los comercios a solicitar préstamos, tomar créditos e interrumpir pagos no esenciales para continuar abiertos y sostener los empleos. Ese oxígeno momentáneo terminó de agotarse con la decisión del Gobierno de interrumpir la entrega de los ATP -que cubrían la mitad de cada salario- y el freno a cualquier alivio impositivo.

«Las pizzerías del micro y macrocentro porteño, San Telmo, Puerto Madero, que vivían de las oficinas, los teatros y los turistas, son las más afectadas. Están a punto de quebrar al igual que muchos otros negocios de la avenida Corrientes que hoy están en venta o alquiler», indicaron a iProfesional desde la entidad.

Entre las acciones para paliar la situación, las pizzerías porteñas vienen gestionando con el Ministerio de Desarrollo Productivo una reducción en las comisiones que perciben las apps de «delivery», que en muchos casos representan casi el 35 por ciento del total del ticket.

«Estamos avanzando en reducir y poner un tope a esas comisiones. Recordemos que al inicio de la pandemia solo se habilitó el ‘delivery’. Y aquellas pizzerías que no lo tenían implementado dependieron de estas aplicaciones para poder realizar las entregas. Esa comisión es usurera», criticaron desde el rubro.

Desde el inicio de la pandemia, el cierre de locales se volvió una tendencia creciente en este ámbito. Prueba de ello fueron la baja de persianas que, durante 2020, llevaron a cabo dos locales de Podestá, una esquina clave de Kentucky y diversos comercios en barrios como Caballito, Once, Palermo, Villa del Parque, Almagro, entre otros espacios de Capital Federal.