La industria panadera está pasando por uno de sus peores momentos. A los altos costos que pagan los panaderos en los servicios para poder seguir trabajando, se suma que la gente consume cada vez menos.

Según informaron desde la Asociación Industriales Panaderos y Afines de Rosario, en los últimos cinco años la baja en el consumo de pan fue notoria. Es que, de los 90 kilos de pan por persona que se consumía en 2015, hoy esa cifra se redujo a 75.

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La recesión económica en la que se encuentra inmersa el país y la pérdida del poder adquisitivo han golpeado de lleno a los comercios, y los productos que hace unos años eran de suma necesidad, ahora pasaron a ser un bien de lujo y se compran «con el dinero que sobra».

«La gente fue cambiando los hábitos, el pan dejó de ser una necesidad y ahora en vez de comprarse por kilo se compra por el dinero que hay en el bolsillo», contó a Conclusión el representante de la Asociación, Gerardo Di Cosco y señaló que, «hay mucha gente que empezó a fabricar el pan en sus casas para abaratar los costos».

Para Di Cosco se trata de una situación «inédita» en la historia panadera, ya que «nunca se vio una caída tan pronunciada del consumo».

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En ese sentido, desde el sector afirmaron que «hace más de un año que no crece» y destacaron que, desde enero de 2018 a mayo de 2019 hay aproximadamente 85 panaderías que cerraron sus puertas en la ciudad de Rosario. Mientras que en el país se calcula que de un total de 25.000 panaderías, 2.200 cerraron estos últimos seis meses.

Si bien la época invernal históricamente ayudó a la venta de productos de panaderías, estos últimos años, ni el frío pudo frenar la baja en el consumo y en los últimos cinco años el consumo se redujo en casi un 20 por ciento.