Por Marina Vidal

Hablar de suba de tarifas es moneda corriente; la energía eléctrica no es un actor menor y menos cuando en 20 meses aumentó un 600%.

Así lo revela un estudio realizado por el Observatorio de Datos conformado por el Sindicato de Luz y Fuerza Rosario junto a la UTN; extrayendo datos de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina y de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).

En diálogo con Conclusión, el secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza Rosario, Alberto Botto, sostuvo que desde el observatorio “hacemos un seguimiento de la evolución de la demanda que es un indicador claro de la economía”.

“Hay una retracción notable en el consumo argentino. Eso quiere decir que hay una baja en la calidad de vida de los hogares y esto se atribuye a dos cuestiones: a la baja en la producción industrial y al quite de subsidios que muchas veces hacen inviable que las industrias puedan seguir produciendo y compitiendo a nivel nacional”, comenzó detallando Botto.

El informe revela que a las 15 provincias que ya demostraron una conducta negativa con respecto al consumo de energía se sumaron 3 nuevas. «Pasa en la industria, pasa en los hogares por lo cual nosotros queremos manifestarle a la sociedad que la llamada ‘política de sinceramiento’ del gobierno nacional es en realidad una importante quita de subsidios a las tarifas», aclaró el dirigente.

En el escrito también se detalla que en el caso de la energía eléctrica que costaba, en enero de 2016, 31 $/MWh para el segmento residencial y 100 $/MWh para el segmento industrial, pasó a costar en marzo de 2017 640 $/MWh y 1.070 $/MWh respectivamente. Representando un aumento de más del 2.000% y 1.000% para dichos sectores. Es decir, según las cifras oficiales, de febrero de 2016 a noviembre de 2017 la energía aumentó un 600%.

Botto subrayó: «Esta política de sinceramiento aspira a retirar totalmente el subsidio a la energía eléctrica y producir un megavatio costará 1.200 pesos».

«La demanda de energía está íntimamente relacionada con el crecimiento de la economía de un país y por tal motivo observamos con preocupación dicha disminución. Comparando el consumo de energía del segundo semestre de los años 2016 y 2015 de cada provincia podemos observar que ha disminuido notoriamente. Dicha disminución resulta más notoria en los sectores
industrial y comercial», releva el informe.

¿Cual es el porcentaje de cada provincia?

«La provincia de Santa Fe no se encuentra ajena a esta problemática. En el sector industrial se evidencia la caída en la producción, que arrastra consigo reducciones en las jornadas laborales y despidos. Esta caída está asociada, entre otras cosas, a la pérdida del poder adquisitivo y al ingreso de productos importados. Esto perjudica a la industria nacional y a las economías regionales, como lo describe el informe del observatorio del Ministerio de la Producción de Santa Fe y Fisfe, en su trabajo Impacto de las importaciones en las producciones regionales. Las nuevas políticas de importación, el aumento de los precios y la quita de subsidios, deterioran el Producto Bruto Interno (PBI)», detalla el escrito del Observatorio.

«La gente tiene que entender y saber de que se habla y que quieren decir con esas políticas», cerró Botto.