El Gobierno comenzó a evaluar nuevos proyectos de reforma laboral. Se trata de propuestas alternativas más suaves que las impulsadas en su momento por Jorge Triaca desde la cartera de Trabajo.

Los últimos cambios en ese área, sin embargo, limitaron el poder del “superministro”, quien había expandido su influencia al asumir de hecho las funciones de Triaca con el traspaso a su órbita del ex Ministerio de Trabajo, reconvertido luego en Secretaría.

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Con rostro de piedra, Dante Sica debió aceptar el desembarco en sus narices del nuevo secretario de Trabajo, Lucas Fernández Aparicio, un hombre de Dietrich que ahora manejará los convenios, las paritarias y la regulación de toda la actividad gremial.

Por otra parte, la puja por el reparto de poder se llevó puesto al secretario de Coordinación Administrativa de Trabajo, Estebán Eseverri, la mano derecha de Triaca y uno de los “cerebros” del fallido paquete de reforma laboral más ambicioso del macrismo que hoy duerme en el Congreso.

El abogado de la UBA se despidió la semana pasada del equipo con una carta de tono emotivo en la que se mostró satisfecho por su rol en la IV Conferencia Mundial por la Erradicación del Trabajo Infantil y en el Grupo de Empleo del G20, aunque reconoció haber asumido “funciones que hacen notorio cualquier error, y silenciosos los aciertos”.

Su cargo lo ocupará Sebastián Bideberrepi, ex director del Instituto de Propiedad Industrial (INPI) y ex subsecretario de Salud en la gestión del intendente kirchnerista de Florencio Varela Julio Pereyra.

En este escenario, Aparicio estará mejor posicionado para idear nuevas leyes laborales y modificar convenios colectivos. El funcionario “todo terreno” había desembarcado a principios de año en Trabajo, en donde ocupó el cargo de subsecretario de Fiscalización y luego pasó a controlar la Secretaría de Atención Ciudadana y Servicios Federales, hasta que las tensiones con Triaca por el manejo de los subsidios Repro derivaron en su salida.

Ahora, de regreso y fortalecido, quienes lo conocen aseguran que el ex directivo de UPCN y del PJ porteño buscará desmarcarse de la estrategia negociadora de Sica mediante un endurecimiento con los gremios.

«Quieren meter la reforma laboral, por ahí lo mandan para cumplir esa tarea, porque no veo que sea un interlocutor de los sindicatos», especularon fuentes oficiales.

Durante su gestión previa en Trabajo, el funcionario intervino activamente en el último conflicto en el subterráneo. Fue al encabezar una mesa de trabajo en mayo pasado desde donde tejió lazos con la UTA y se enfrentó a los metrodelegados mediante una disposición por la que los bancos dejaron de retener la cuota sindical a sus afiliados, lo que motivó una denuncia penal en su contra por parte del sindicato alternativo.

En su paso por Transporte, donde fue hasta hace poco titular de Ferrocarriles Argentinos, el delfín de Dietrich se ocupó de negociar con los gremios y dirigió Ferrobaires, la empresa ferroviaria de la provincia de Buenos Aires que ordenó cerrar el Gobierno, lo que derivó en más de 1.500 despidos.