Por Facundo Díaz D’Alessandro

El periodista  y politólogo José Natanson presentó esta semana en Rosario su libro ¿Por qué?, en el que se busca comprender el “declive de la Argentina kirchnerista” así como (¿causa o efecto?) “la brutal eficacia de una nueva derecha”.

Natanson, reconocido analista político (es director de la edición de Le Monde Diplomatique en la región y columnista en Desafío 2018 junto a Marcelo Zlotowiazgda) busca acercarse desde el análisis descarnado, hondo y riguroso, a las razones de la imposición del macrismo y su vigencia.

El libro, según afirma el autor, es una búsqueda para explorar los motivos que hicieron que una parte importante de la población se decidiera a apoyarlo. Por lo tanto es “un libro sobre el gobierno pero también sobre la sociedad”.

– ¿Qué lo empujó a escribir este libro? ¿Qué incógnitas busca develar?

– La iniciativa surge por la sorpresa que me generó el triunfo de Cambiemos en 2015, sobre todo el de Vidal en la provincia de Bs. As, donde ni ellos pensaban que iban a ganar. Cuando veo eso digo acá hay un fenómeno político de largo aliento, no ya un fenómeno porteño. Hay que pensarlo: ganó la provincia de Buenos Aires la vicejefa de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, es como que el vice de Entre Ríos pase a gobernar Santa Fe. Ahí entendí que estábamos ante algo distinto y me puse a tratar de entender por qué funciona, por qué son eficaces.

– ¿En qué puntos se sostiene esa eficacia?

– Han mostrado más habilidad política que económica, lo cual es paradójico no es algo que uno esperaba. La explicación básica es que lograron conectar con tendencias sociales profundas, con cosas que pasan en el país hace mucho, desde la dictadura, desde el menemismo, y tiene que ver con una Argentina más volcada al mercado, más globalizada, más penetrada por una lógica competitiva, por los medios. Entendieron que hay una parte de la sociedad que conecta con eso, le hablaron a esa gente y con eso ganaron.  

«El macrismo logró conectar con tendencias sociales profundas, le habló a un público y logró que lo apoye»

– ¿Se puede decir que su éxito electoral se debe más a la política que al marketing?

– Es un fenómeno político sin duda, no es producto del marketing. Seguro que ayudó, Duran Barba es un astuto consultor político, pero utilizaron herramientas que están disponibles hace años, como los focus groups y las encuestas, el tema es que lo hacen de manera muy profesional y les dan bola; pero no son un fenómeno de marketing, son un fenómeno político de largo aliento, de mucha potencia, guste o no.

– ¿Cuándo comienza y cómo se produce “el declive kirchnerista»?

– Empieza cuando el kirchnerismo malentendió el dato del triunfo de 2011, creyó en ese 54 % como algo tallado en piedra, y se olvidó de algo básico: la hegemonía se construye con los otros, no con los que ya tenés. Se olvidó de la clase media, del empleado sindicalizado, el comerciante, el docente, se fue alejando. Se vio en 2013 y después en 2015. Se resquebrajó la coalición kirchnerista, ese voto fue primero a Massa y después a Macri, ahí empezó a perder.

«El kirchnerismo se olvidó que la hegemonía se construye con los otros, no con los que ya tenés»

– ¿Tuvo que ver la elección del candidato o era un proceso irreversible?

– Creo que no fue sólo una mala elección del candidato, más allá de que Scioli me parece un mal candidato, no es expresivo de la vibración ideológica kirchnerista, ni tenía nada bueno para mostrar en términos de gestión en la provincia de Buenos Aires. Quizás era el único posible, pero más allá de Scioli, estaba agotado el ciclo en términos de legitimidad pública en 2015.

– ¿Por qué el macrismo encarna una “nueva” derecha?

– Primero porque es democrática, juega el juego democrático, gana y pierde elecciones, no llega por medio del partido militar como históricamente ha pasado, no quiere decir eso que no tenga comportamientos autoritarios, como en el manejo de la protesta social, Milagro Sala presa política y demás. Eso no habilita a decir que es no democrático, que es una dictadura. Es nueva también porque mantiene el entramado de las políticas sociales kirchneristas, con sesgos, con recortes con desmontajes de programas, pero paga Asignación Universal por Hijo (AUH) y jubilaciones todos los meses. Es nueva también porque aun cuando tiene, en términos macroeconómicos, una economía neoliberal típica, no produjo un shock de ajustes: Dujovne tiene los mismos empleados públicos que Kicillof. Es un gobierno de derecha, pero nueva, incorpora novedades.

«Que el gobierno tenga comportamientos autoritarios no habilita a decir que no es democrático»

– ¿Ese shock de ajuste se va a dar en algún momento?

– Se está dando un ajuste en cámara lenta, hay una reconversión de la matriz productiva hacia una que descansa menos en industria, menos en construcción y actividades inclusivas,  se apuesta más al campo, a la energía. Quieren un país más parecido a Chile, pero en Chile viven 20 millones de personas; además allá hay cobre, no hay peronismo, por mencionar diferencias. Ellos tienen un norte de ajuste, pero lo van dosificando.

– ¿Cómo trabaja el gobierno sobre la construcción de sentido en la sociedad?

– Tienen muy en cuenta que hay un sector que no cree en las construcciones colectivas: pueblo, peronismo, radicalismo, sindicatos, camioneros, etc. Ellos ven a la sociedad como una suma de individualidades, con sus vidas privadas, su familia, deportes. El timbreo, por ejemplo, muestra eso: es una puesta en escena de la sociedad individualista, plantea una relación bilateral vecino-político, no hay construcción colectiva. No existe eso para el macrismo, no lo tienen en el radar.

«Ellos ven a la sociedad como una suma de individualidades, no tienen en el radar la construcción colectiva»

– ¿La oposición capta algo de eso que “entendió” Macri o está mirando hacia otro lado?

– Hay una oposición que no sabe qué hacer con eso, el macrismo vio esa parte de la sociedad, lo trabajó, logró que lo apoyara. La oposición vive una especie de atonía, de desconcierto, pero hay que ser un poco indulgente, hay que tener en cuenta que el peronismo, por ejemplo, viene de perder 3 elecciones en la provincia de Buenos Aires; los procesos llevan una maduración, no se puede esperar una recomposición inmediata.

– ¿Cómo analiza la política exterior del gobierno nacional?

– Tienen una mirada “ideológica” del mundo, en el sentido que ellos usan la palabra: algo distorsivo de la realidad. Quieren volver a un mundo que ya no existe, el de la globalización, el libre comercio, que está vigente claro, pero se retrae, hay giros proteccionistas. Ellos pensaban que abriendo la economía, desregulando, con gestos, los inversores iban a venir como en los 90’.

«Macri quiere volver a un mundo que ya no existe»

– Siendo que es la apuesta casi única del gobierno para el despegue económico, ¿pueden llegar esas inversiones?

– La verdad que no lo sé, dicen que hay sectores dinámicos, el campo, la minería, el turismo, no se si con eso alcanza. Creo que no es suficiente para lograr una Argentina igualitaria que incluya a todos. El ejemplo de Chile es bueno, ellos tienen el cobre que les permite resolver la restricción externa. Va a necesitar dólares tarde o temprano Argentina, la perspectiva del programa económico tal cual está hoy no es sustentable.

«Para 2019 el oficialismo tiene todas las de ganar pero depende de lo que haga la oposición»

– ¿Qué se puede esperar para el 2019? ¿Macri la tiene “regalada”?

– Nunca pienso que la política esté jugada, el futuro de Macri depende también de lo que presente la oposición, si hay una alternativa seductora. Si el peronismo sigue atomizado, seguramente Macri tenga las de ganar. Al peronismo le conviene unirse y generar algo nuevo. Lo que tiene el gobierno es que tiene candidato a presidente, gobernador de Buenos Aires y a Jefe de Gobierno porteño, además de la caja. Tiene todas las de ganar pero no digo que este jugado.