Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires

Los debates en el seno del peronismo se profundizan, muchos dirigentes han resuelto no postergar el tema, los interrogantes que se abren hablan más de las situaciones internas y de cara a la realidad por la que atraviesa la apolítica nacional -coyuntural- que de la búsqueda de las grandes líneas de orientación con la que sintetizó ciertos momentos de la política argentina el movimiento fundado por el ex presidente Juan Domingo Perón.

Los ámbitos para repensarse que ha elegido el «peronismo» son variados. Todos «válidos» a la hora de entrever que no existe foro en el que los integrantes del justicialismo hayan podido resolver sus diferencias y establecer puntos de encuentro. Da la sensación, al escuchar la opinión de muchos dirigentes que hay una suerte de parcelización de discursos en los que cada uno -indudablemente- le traslada su impronta.

Atilio Bramuglia de ideas socialistas ministro de Relaciones Exteriores desde 1946

Incluso, pareciera que lo que los peronistas necesitan, es recuperar cierta organicidad ausente desde largo tiempo, que pueda religarlos, solo falta el lugar para convalidar ese ámbito propicio para el debate y una vez allí, la voluntad de querer saltar los alambrados, que la inminencia de los hechos, colaborado para aherrojarlos en la discusión de los grandes temas nacionales. En esto, parece que la ex presidenta les lleva algunas cabezas. no padece ni sufre el drama, sin embargo claro está que esta situación de Cristina, le dio dolores de cabeza a la hora de proyectar resultados en las Paso de agosto.

En el justicialismo considerado ortodoxo, emergieron corrientes afines a Cambiemos, con fotos explícitas como las de Eduardo Duhalde junto a Maria Eugenia Vidal, otras, que ofician de supuesta oposición a la ex mandataria y actual candidata a senadora por Unidad Ciudadana, difícil de entender ya que el caudal de adherentes que le disputan a esa fuerza política son mayoritariamente peronistas. y están también aquellos, que como el actual jefe del bloque de senadores del FPV en la Cámara alta, Miguel Pichetto, se muestra afín con la celebración de una pacto a la española (La Moncloa).

La irrupción de Cristina obliga a muchos interrogantes, el kirchnerismo (acusado de no peronista) tiene más que ver con la forma de construcción del peronismo originario, que con los que lo sucedieron. La transversalidad es una de esos datos indicativos. Perón asumió en 1946, habiendo triunfado en las elecciones con el Partido Laborista, y aliado con radicales disidentes, socialistas que aportaron dos ministros, comunistas, conservadores y anarquistas. Atilio Bramuglia, Angel Borlenghi, José Maria Freire, socialistas, o Quintana del conservadorimo, y tantos otros. Porque como peronismo, el partido de Perón no existía, eso ocurrió después. Tanto es así que se puede afirmar que como en los casos más resonados de la historia, a un cuerpo de ideas y un conductor, luego aparecieron sus seguidores, por caso, Castro, Lenin, Mao, Vargas, La Torre, Nasser, Tito, Kadahfi entre otros.

José María Freire, ministro de Trabajo en 1946, de ideas socialistas

Por otra parte, el kirchnerismo aportó cierto grado de claridad, que el pos menemismo le impidió a los seguidores de un justicialismo opaco y decadente, renovarlo con la participación de los jóvenes en política. Tal vez, visto de este modo, no es difícil entender porque no hace falta ya el sello del PJ para imponerse en una acto electoral. Y de más está decir, que no habrá un gran caudal de jóvenes dispuestos a nutrir viejos sellos, porque hace mas de 20 años fueron expulsados del protagonismo y los nuevos advirtieron que cierta dirigencia, no es todo el peronismo, por más esfuerzos que hagan algunos por apropiarse y escudarse en el PJ, y luego, presentarse como víctimas del «monstruo» al que le dio nacimiento Néstor Kirchner.

Todo indica que los orígenes del movimiento histórico que interpretó los derechos de los trabajadores se nutrió pluralmente y de un vasto frente que terminó con las pretensiones de la Unión Democrática que encarnaba la participación de partidos tradicionales.

Cierto ruido se oye también en otros espacios políticos, en el que algunos legislador@s más jóvenes, como la diputada Carla Pitiot, del Frente Renovador, apuntan al debate pero con la convicción de que esta instancia es impostergable, necesaria y casi obligatoria. Como si se tratara de una deuda del peronismo no solo con sus actores, sino con los argentinos. El país necesita en el peronismo esa herramienta que le permita abordar no solo un acoto electoral, sino la definición de que piensa hacer con sus banderas históricas. Si es que aún las tiene.

Esta es la charla que mantuvo Conclusión con la diputada nacional, Carla Pitiot, mira el video.

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