El sistema previsional suele ser señalado, desde sectores del liberalismo económico, e incluso por integrantes del gobierno nacional (el presidente Macri incluido, desde que asumió) como uno de los principales generadores del déficit fiscal de las cuentas públicas.

La discusión sobre la viabilidad de estos sistemas no se da sólo en Argentina hoy por hoy, sino que es un debate que atraviesa a varios países, tanto «en vías de desarrollo» como a otros que alcanzaron una bonanza económica mayor en los últimos años (y no tan últimos años).

Para clarificar conceptos relativos a esa agenda, el abogado y ex diputado nacional por Formosa (2005-2017), Juan Carlos Díaz Roig, visitó Rosario para una brindar una charla sobre derechos jubilatorios (además de presentar un libro que compendia lo mejor de los argumentos filosóficos de sus discursos parlamentarios «Confieso que he militado), previo a la cual dialogó con Conclusión y clarificó algunas de las «falacias» que se esgrimen respecto a un tema sensible e impostergable de la actualidad: la difícil situación de los jubilados en el país.

«Todo sistema público de reparto es un pacto intergeneracional. Aporto para la jubilación de mi papá, mi hijo para mí, ese es el sistema de reparto. Todo sistema de ese tipo es cuestionado por el liberalismo. El primer día que tomó el gobierno, Macri hizo de esto un relato tremendo, dijo que es un sistema quebrado, la causa de nuestro déficit. Lo siguen diciendo», expresó el letrado formoseño.

Respecto a la intención de reformar nuevamente el sistema y volver a uno de distribución privada, consideró: «Hay que darle garantías al pueblo, no al capital. El mundo abandonó los sistemas de capitalización porque no puede resolver temas previsionales, vinieron en su momento (los 90′) a estudiar lo que hacíamos nosotros porque no podían entender como volvíamos para atrás. Ahí nació esto de las AFJP.»

Consultado sobre el funcionamiento de ese esquema, agregó: «Cada uno de nosotros tiene que guardar plata para su vejez. Aporte de uno. Y tiene que encontrar alguien que le cuide la plata, que mantenga el valor hasta que sea viejo, y después se lo tiene que dar. El problema del sistema de capitalización es que no sabes cuando vos te vas a morir. Si acumulo para mi vejez no se si me va a alcanzar. Y si yo vivo 20 años más de lo previsto, quien me paga el resto de mi longevidad, es el problema técnico central que tiene».

«El sistema ideal sería volver a diciembre de 2015. La jubilación era de 460 dólares.  Y la reserva del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), es decir la capitalización colectiva del sistema, estaban en 70 mil millones de dólares. A lo lago de esos años, los jubilados cobraron en tiempo y forma, y además el aumento fue siempre más proporcional que la inflación. Teníamos el mejor sistema de América Latina, lejos. Y uno de los mejores del mundo: cubierto el 97% de adultos mayores, incorporando 3.500.000 a través de moratoria y 3.800.000 de AUH. Con todo esto, el sistema se financiaba. Y el FGS crecía año a año», se explayó el legislador nacional mandato cumplido.

Díaz Roig también se encargó de aclarar que «no es del estado el FGS, es de capitalización colectiva».