El papa Francisco le dio la bienvenida ayer en el Vaticano al presidente ruso, Vladimir Putin, en una audiencia privada de casi una hora en la que discurrieron la realidad de Ucrania y Medio Oriente.

El titular del Kremlin dijo más tarde que fue un «gran honor y placer» entrevistarse con el Sumo Pontífice.

El premier ruso arribó al Vaticano desde Milán junto a una delegación que incluía entre otros a su canciller, Serguei Lavrov, y al embajador ante la Santa Sede, Alexandr Avdeev.

En el segundo encuentro entre ambos, el Papa argentino recibió a Putin en el Palacio Apostólico del Vaticano, para luego reunirse a solas durante 50 minutos.

Luego del encuentro, Putin le regaló un bordado con hilos de oro de la «Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada» o «Iglesia de la Resurrección de Cristo» de San Petesburgo, reconstruida luego de un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial. Francisco, en tanto, le obsequió un medallón «hecho por un artista del siglo pasado».

«Es el medallón del ángel de la paz, que vence todas las guerras y habla de solidaridad entre los pueblos. Está asociado con la alegría del evangelio y tiene reflexiones religiosas, humanas, geopolíticas y sociales», le reveló el sumo pontífice a través de su intérprete.

Luego del encuentro, la sala de prensa del Vaticano informó que el Papa y Putin hablaron de la beligerancia entre el Ejército ucraniano y rebeldes pro rusos, que ha causado más de 6.000 muertos desde su abril de 2014, y para el que el Papa ha pedido «una solución pacífica» condenando la «guerra entre cristianos».

Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) impusieron sanciones a Rusia por considerar que apoya a los separatistas ucranianos.

Francisco dijo que «es necesario comprometerse en un sincero y gran esfuerzo para conseguir la paz» en Ucrania, según la Santa Sede.

Sobre los conflictos armados en Siria e Irak, subrayaron «la urgencia de perseguir la paz con el compromiso concreto de la comunidad internacional».

Antes de ver al papa, Putin se reunió con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y le pidió que las sanciones económicas impuestas por la UE a Rusia no sean «un obstáculo real» a los intercambios económicos ítalo-rusos, al tiempo que aseguró que en el caso ucraniano la «única solución es la paz».

«He hablado con Renzi del tema de las sanciones, que no pueden ser un obstáculo real: o se eliminan o se modifican para apoyar a las empresas que quieren colaborar con nosotros, incluso en el campo militar y tecnológico», dijo Putin en la conferencia de prensa conjunta con el mandatario italiano al final de su visita a la Exposición Universal de Milán 2015.

En el mismo sentido, el líder ruso advirtió que «hay más de 400 empresas italianas en Rusia» que pueden ser perjudicadas por las sanciones, por lo que afirmó que la situación «no satisface a Rusia», pero «tampoco a Italia» porque «los empresarios italianos no quieren una reducción de los intercambios».

«El principio fundamental es que el acuerdo de Minsk 2 es la estrella polar, la brújula, el punto de referencia de todos los esfuerzos. Y creo que todas las personas de buena voluntad trabajan para que pueda ser implementado plenamente», dijo, en alusión al acuerdo de paz para el este de Ucrania firmado en febrero pasado.

1. Un alto el fuego inmediato y completo en zonas concretas de las regiones de Donetsk y Lugansk de Ucrania y su aplicación estricta a partir de las 00 h. 00 min. (tiempo de Kiev) del 15 de febrero de 2015.

2. La retirada del armamento pesado de ambas partes a una distancia equitativa con el fin de crear una zona de seguridad de al menos 50 kilómetros entre los sistemas de artillería de calibre igual o superior a los 100 milímetros, una zona de 70 kilómetros entre los sistemas de lanzamisiles múltiples y una de 140 kilómetros entre los sistemas tipo ‘Tornado-S’, ‘Uragan’, ‘Smerch’ y los sistemas de misiles tácticos ‘Tochka’ (Tochka-U’).

– Para las tropas ucranianas desde la línea real de frente.

– Para las fuerzas armadas de las distintas zonas de las regiones de Donetsk y Lugansk de Ucrania a partir de la línea de frente de conformidad con el memorando de Minsk del 19 de septiembre 2014

La retirada de las armas pesadas mencionadas anteriormente comenzará no más tarde del segundo día después del alto el fuego y se terminará es un plazo de 14 días.

3. Se garantizará el seguimiento y la verificación eficaz del alto el fuego y la retirada de las armas pesadas por parte de la OSCE desde el primer día de la retirada, haciendo uso de todos los medios necesarios, incluidos satélites, aviones no tripulados, sistemas de radar entre otros.

4. En el primer día después de la retirada se iniciará un diálogo sobre las condiciones para llevar a cabo elecciones locales de acuerdo con la legislación de Ucrania y la Ley de Ucrania «Sobre el orden temporal de los gobiernos locales en algunas jurisdicciones de las regiones de Donetsk y Lugansk», así como el funcionamiento futuro de estas áreas sobre la base de la Ley.

5. Proporcionar indultos y amnistías a través de la promulgación de una ley que prohíba la persecución y castigo de las personas en relación con los sucesos que tuvieron lugar en algunas zonas de las regiones de Ucrania de Donetsk y Lugansk.

6. Asegurar la liberación y el intercambio de rehenes y detenidos ilegalmente en base al principio de «todos por todos». Este proceso debe completarse a más tardar el quinto día después de la retirada.

7. Proporcionar un acceso, entrega, almacenamiento y distribución seguros de asistencia humanitaria a los necesitados, sobre la base de un mecanismo internacional.

8. Determinar las condiciones para la plena restauración de las relaciones socioeconómicas, incluidas las ayudas sociales, como las pensiones y otros pagos (embolsos e ingresos, el pago puntual de todas las facturas de servicios públicos, la renovación de la tributación en el marco legal de Ucrania).

9. Establecimiento de un control total sobre la frontera estatal por parte del Gobierno ucraniano a lo largo de toda la zona del conflicto, que deberá comenzar ya el día después de la celebración de elecciones locales y acabar tras un acuerdo político completo.

10. Retirada de todas los grupos armados extranjeros, el equipo militar y los mercenarios del territorio de Ucrania bajo la supervisión de la OSCE. Desarme de todos los grupos ilegales.

11. Realización de una reforma constitucional en Ucrania con la entrada en vigor a finales de 2015 de una nueva Constitución que prevea la descentralización como un elemento clave y la aprobación de una ley permanente sobre el estatus particular de determinadas zonas de las regiones de Donetsk y Lugansk.

12. La organización de las elecciones locales se discutirá y acordará con los representantes de zonas determinadas de las regiones de Donetsk y Lugansk en el marco del grupo de contacto tripartito. Las elecciones se celebrarán cumpliendo con las normas pertinentes de la OSCE.

13. Intensificar la actividad del grupo de contacto tripartito. De forma particular mediante la creación de grupos de trabajo a fin de poner en práctica los aspectos pertinentes del acuerdo de Minsk.

Putin replicó en tanto que ese acuerdo «debe ser aplicado en todos sus aspectos, de tipo militar, humanitario y social, pero no todos se aplican plenamente» y pidió: «la única solución es la paz».

Además, el presidente aseveró que «no hay ninguna relación» entre su país y el denominado G7 que nuclea a las economías más grandes, luego de que Rusia fuera expulsada el año pasado del bloque de los ocho países más industrializados, el G8, por la crisis en Ucrania.

Cuando Rusia formaba parte del G8, recordó el premier ruso «participábamos, proponíamos puntos de vista alternativos, pero nuestros socios han decidido que ya no les hacemos falta».

Además, Renzi aseguró al líder que la situación de los naufragios en el Mediterráneo se debe a «una emergencia social e humanitaria», mientras que «las grandes potencias mundiales deben hacer frente común para abordar el terrorismo derivado del fanatismo religioso», al tiempo que pidió: «Rusia debe estar en primera fila con la UE y Estados Unidos para hacer frente a las amenazas globales».

«Lo que está ocurriendo en Libia es la consecuencia de la catástrofe económica y la consecuencia de la intervención en 2011» de la OTAN, que llevó al derrocamiento de Muammar Kaddafi, opinó en tanto Putin.

Rusia se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad que autorizó la campaña de ataques aéreos de la OTAN en Libia, pero no usó su poder de veto para bloquear la resolución.

El mandatario ruso remarcó que «Rusia quería resolver pacíficamente el conflicto. Y hoy somos testigos de una catástrofe social y el resultado económico de la desintegración del Estado libio y el gobierno de los grupos extremistas».