Por Aldo Battisacco – Buenos Aires

La polémica decisión del Alberto Fernández de intervenir la empresa Vicentin generó «un gran revuelo». Por el carácter del anuncio, la oportunidad y la jerarquía que se le adjudico a la medida.

Los detractores del Estado activo advirtieron con oportunismo que estaban las condiciones políticas para atacar al gobierno, y dejarlo sin futuro, al endilgarle que la gestión del Alberto Fernández era una regresión al pasado del «kirchnerismo». O lo «peor» de esta movimiento político.

La expropiación es algo habitual en el mundo desarrollado

Conclusión dialogó con el Licenciado en Economía de la UBA, Ernesto Mattos, quien dejó en claro que el contexto en el que se formuló el anuncio, no era de los mejores al advertir que en dos plantas que posee Vicentin, trabajan 800 operarios, además, consigno que desde 2012 en adelante los precios del trigo , la soja y el maíz están a la baja, y el mercado interno que en los últimos cuatro años se mostró resesivo.

A estos factores existentes, «la situación de la pandemia» que se suma ubica a la empresa en una situación comprometida ya que «no puede cumplir con sus obligaciones».