Juan Domingo Perón, fundador del movimiento popular que marcó un antes y un después en la historia argentina del siglo XX, denominado Justicialismo, moría hace 41 años a los 78 años de edad, en ejercicio de la presidencia y dejando al país huérfano de liderazgo.

Menos de un mes antes, precisamente el 12 de junio, Perón se dirigió al pueblo argentino por cadena nacional, donde sentenció: «Ya pasaron los días de exclamar – ¡la vida por Perón! – vivimos momentos en que es indispensable demostrar en hechos sinceros y fehacientes, que estamos dispuestos a servir al objetivo común de todos los argentinos, realizado en paz con un trabajo honrado y permanente, a la vez que neutralizando la acción de los enemigos de la Patria, de afuera o de adentro, empeñados en impedir su reconstrucción y su liberación».

Ese mismo día, la CGT convocó a un paro general en apoyo a sus palabras y espontáneamente la plaza de mayo se llenó de trabajadores, situación que estimuló al Presidente a salir al balcón de la casa de gobierno y dar su último discurso.

Al final de su intervención, y a manera de saludo póstumo Perón exteriorizó:. “Deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente que hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”.
Perón padecía problemas cardíacos que acarreaba desde su estadía en España, donde en 1971 había sufrido un infarto debido a una obstrucción arterial.

La afección pulmonar que lo enfermó en esos días no hizo más que agravar el cuadro cardíaco que padecía, y por eso, los médicos Pedro Cossio y Jorge Taiana -conocedores de los antecedentes clínicos del presidente- le recomendaron guardar reposo absoluto en la residencia de Olivos.

En la mañana del lunes 1º de julio de 1974, Perón recibe la extremaunción de parte del sacerdote Héctor Ponzio en Olivos, y las 10.25 experimenta un paro cardíaco del que es reanimado por los médicos.

Dos horas después, el hombre que había sido electo en tres ocasiones presidente constitucional de Argentina, experimentó otra crisis y falleció, a pesar de los esfuerzos del equipo médico por reanimarlo.

A las 13.15, Cossio y Taiana, junto con los doctores Domingo Liotta y Pedro Vázquez, firman el certificado de defunción, en el cual se consignó que el paciente murió a causa de «una cardiopatía isquémica crónica con insuficiencia cardíaca».

«Ha muerto un apóstol de la paz y la no violencia», anunció con voz entrecortada por televisión su esposa y vicepresidenta, María Estela Martínez, que desde ese día gobernó el país hasta el 24 de marzo de 1976, cuando el último golpe cívico militar la derrocó.

El cuerpo de Perón fue trasladado a la Catedral Metropolitana en la mañana del 2 julio, y por la tarde fue conducido hasta el Congreso nacional, donde sus restos permanecieron hasta el 4, en el marco de una impresionante manifestación popular de congoja que se expresó bajo la lluvia.

Juan Domingo Perón fue presidente de la Nación por tres períodos, elegido por voto popular. Formuló la teoría política de la Tercera Posición. Propugnó como plan de gobierno la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. Dio fin al fraude electoral y promovió la organización sindical obrera, entre muchas otras medidas favorables al pueblo.

Bajo su mandato se dictó la Constitución Nacional de 1949, que incorporó los derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad y de la educación y la cultura. Por gestión de quien fuera su esposa durante el primer gobierno, María Eva Duarte de Perón, se otorgó el voto cívico a la mujer.

A su regreso de un largo exilio, se acercamiento al radicalismo, a través de la figura de Ricardo Balbín, quien despidió luego en el Congreso Nacional sus restos mortales. Fue autor de La comunidad organizada, Manual de conducción política, La hora de los pueblos, La fuerza es el derecho de las bestias y el Modelo argentino para el proyecto nacional, entre otras.