Por Alejandro Maidana

La sanción de esta ley es reclamada desde 2016, cuando el proyecto se presentó por primera vez, con el primer «verdurazo» realizado al gobierno de Mauricio Macri. Luego, volvió a ser ingresado al Congreso en 2018 y en 2020, ya con un diálogo abierto con el Frente de Todos. La concentración de tierras, por ende, de producción y privilegios por el sobre resto, amerita la complejización de un debate político que no debería hacerse esperar.

La concentración de tierras en la república del monocultivo transgénico, nos muestra explícitamente un mapa en donde la producción, se agrupa en muy pocas y especuladoras manos. El último Censo Nacional Agropecuario se llevó a cabo entre el 15 de septiembre de 2018 y el 31 de marzo de 2019, indicó que el 1% de los propietarios concentran más del 40% de las tierras en Argentina, un índice muy similar al de la provincia de Santa Fe.

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Por ello, la importancia de abrazar a través de políticas públicas a los pequeños y medianos productores es imprescindible. Acompañar a quienes vienen resistiendo los embates del modelo productivo a pura resiliencia, a puro coraje y templanza, no es un dato menor que en los últimos 30 años la desaparición de más de 200.000 chacras mixtas haya sido el “daño colateral” del modelo de siembra directa.

Ley de Acceso a la Tierra, alimentos soberanos y saludables 

Desde la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra), con fuerte presencia en 18 provincias del país, insisten que con el acceso a la tierra para las y los productores de alimentos se solucionarían muchos de los problemas que hoy acarrea la industria agroalimentaria: hiperconcentración, especulación de precios, contaminación y trabajo informal o esclavo. En Argentina, sólo el 13% de la tierra está en manos de pequeños productores que producen más del 60% de alimentos que circulan en el mercado interno, mientras que el 1% de las empresas agrarias controlan el 36% de la tierra cultivada en nuestro país.

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Según estiman, con un crédito del Banco Nación de 110 millones de dólares, unas 2000 familias podrían acceder a una hectárea propia con infraestructura productiva y vivienda digna. Solo con un tercio de lo que el Estado argentino le prestó a la empresa privada en quiebra Vicentín (U$300 millones), o con un 4% de lo que el fisco recaudó por retenciones entre enero y agosto de 2020 ($233.200 millones), se podría dar una salida real a miles de familias productoras y sentar las bases de un nuevo modelo agroalimentario en la Argentina. «Esto es histórico, venimos peleando hace mucho tiempo por esta ley, y se fue dilatando. Hicimos dos acampes para pedir que se dictamine y pase al recinto«, aseguró el referente de UTT Agustín Suárez.

El proyecto de ley fue presentado por tercera vez el 22 de octubre de 2020 en una audiencia en el Congreso junto a los entonces ministros de Agricultura Luis Basterra, de Desarrollo Social Daniel Arroyo y la vicepresidenta del bloque de diputados del Frente de Todos Cecilia Moreau. En diálogo con Conclusión, el productor campesino de la provincia de Entre Ríos e integrante de la UTT Christian Omar Acosta, indicó que “este dictamen es un gran paso adelante, una posibilidad de que pueda transformarse en ley una herramienta fundamental para el desarrollo productivo en Argentina, sobre todo para pequeños y medianos productores. Esta ley posibilita y democratiza el acceso a los créditos para el sector, esto posibilitaría poder apartar del esquema inmobiliario las parcelas que hoy se encuentran en producción de alimentos”.

Hoy el sector inmobiliario desplaza a los pequeños productores hacia las periferias, haciendo que se complejice la producción de alimentos de cercanía

En la provincia de Entre Ríos, el desierto verde de la soja cubre casi 800.000 hectáreas, una cifra demoledora que habla a las claras que, en esta provincia, como en tantas otras, la producción de commodities se impone obscenamente por sobre la tierra que produce alimentos saludables, y a precios populares. Una matriz productiva que privilegia el bolsillo, que empuja la especulación y el desprecio por la biodiversidad. “Hoy el sector inmobiliario desplaza a los pequeños productores hacia las periferias, haciendo que se complejice la producción de alimentos de cercanía. Si bien la cámara tiene que avanzar con su votación y darle paso al senado, no deja de ser una noticia muy importante para todas y todos los argentinos. Después habrá que ver como se da su implementación y el presupuesto, este último para saber con que líneas de créditos vamos a contar para poder adquirir las parcelas que hoy arrendamos”.

Quiero resaltar que esto es producto de muchos años de lucha del sector con movilización, acampes y verdurazos en función de garantizarle al conjunto del pueblo argentino, alimentos de cercanía, saludables y soberanos

Es por ello que distintas voces que provienen del otro campo, el que alimenta y resignifica el suelo, se siguen levantando con la única intención de lograr el tan ansiado acceso a la tierra. “Para concluir, quiero resaltar que esto es producto de muchos años de lucha del sector con movilización, acampes y verdurazos en función de garantizarle al conjunto del pueblo argentino, alimentos de cercanía, saludables y soberanos. Si hoy nos encontramos en esta instancia, es por todos los años de lucha en las calles y en los territorios, para que hoy esto sea una realidad”.