Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires 

El titular de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados de la Nación, Carlos Fernández, dijo que el retorno del gobierno a la ley de Defensa Nacional de 2006 retrasa 40 años, y no se ajusta a las respuestas que el Estado debe dar en este nuevo contexto, más allá de las ideologías.

A finales de junio el Gobierno nacional decidió dejar sin efecto la reforma militar de la administración de Mauricio Macri que le adjudicaba a las Fuerzas Armadas facultades para la incorporación de personal civil, y para actuar contra delitos como terrorismo, contrabando, trata de personas, lavado de activos y narcotráfico.

Fernández señaló que la iniciativa del Ejecutivo no es nueva ya que «se retrotrae 14 años atrás las directivas de defensa nacional» y además agregó «que ese concepto atrasaba 40 años».

«Porque la normativa de Defensa y Seguridad Interior data de la década del 80 y estaba influenciada producto de un consenso democrático muy amplio por un contexto determinado», aun «existía la guerra fría», aunque nunca hubo una confrontación bélica, el diputado bonaerense recalcó que «esa guerra tuvo muertos» y «se llevó a cabo en otros territorios, Argentina es uno de los países que puso territorio y muertos, producto de la Doctrina de la Seguridad Nacional, hubo desaparecidos, y también guerrilla».

De los pocos países del mundo, «que tienen una división tan tajante entre defensa y seguridad interior, están Chile y Argentina».

Para Fernández, la ley de finales del 80 estaba bien, pero actualmente nos «encontramos ante un contexto internacional absolutamente distinto, donde el enfrentamiento de la guerra fría cayó» y la permanente intervención de la fuerzas armadas «sobre el sistema político ya no se da, las fuerzas armadas son democráticas, con gente que egreso de su carrera en el marco de la democracia y también existe subordinación al poder civil».

El radical, manifestó que además ese cambio mundial también trajo nuevos males, que son susceptibles de ser atendidos, «nuevos actores no gubernamentales, que intervienen activamente». Y dio el ejemplo de Crimea hace pocos años. Participación de los mercenarios, la aparición de la guerrilla vinculada al narcotráfico y otros factores.

Todo radica «en cuál es la dimensión del ataque que se sufre para ver cuál es la intensidad de la respuesta y con qué  herramienta el Estado va a responder», precisó Fernández. 

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