El titular de la Sociedad de Carniceros de Rosario, José García, dialogó con Conclusión y brindó una opinión tras conocer las declaraciones del ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien había manifestado estar «preocupado» por los aumentos de la carne y y acusó a los carniceros de «hacerse los distraídos» y no bajar los precios al mostrador cuando se reduce el valor de la hacienda.

«Como hombre de campo y de la producción no puede decir lo que dijo o es porque desconoce lo que pasa con un animal después que sale del corral», fueron las primeras explicaciones de García.

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José García

«El ministro no puede desconocer que hay industria y mano de obra, flete y hasta precios diferentes. Lo que es indudable que después de estos pasos el precio que llega a la carnicería nada tiene que ver con el costo de venta de un animal en el mercado de carnes donde se producen los remates», aseveró el referente de los carniceros de Rosario.

En el mismo sentido, el carnicero, dio detalles sobre el negocio y apuntó sobre quienes más rédito obtienen: «Habría que preguntarse quién es el que gana más y el que menos lo hace. Cuando depostamos una vaca, los números dan indicios que no son los carniceros los que se convierten en millonarios, que andan en aviones propios y tienen cuentas en el exterior, no son los carniceros los que tienen la mejor utilidad», recordó.

Además, señaló que el negocio «de la carne es muy transparente, y hay que tener en cuenta que en la formación del precio final influyen muchos factores. Un novillo de 350 kilogramos, no produce esa cantidad comercializable, una vez que se le saca el cuero, las vísceras y aquello que no se vende en una carnicería el peso neto que llega al comercio minorista seguro mermó».

«En promedio, el kilogramo de carne llega a la carnicería a un costo de 60 pesos, la respuesta de porque llega a 120 pesos es explicable, veamos como rinde un animal, cuando llega un media res de 100 kilos no son tales, se paga por 100 pero llegan 98, es histórico», sostuvo.

«No existe ninguna distorsión -dice el carnicero- no todos los cortes valen lo mismo, la paleta hay que venderla como se puede, el rosbif, pasa lo mismo, las costeletas también, y el puchero ya practicamente no se vende. Y en el caso de la carne picada se vende por debajo del precio que recibimos en el mostrador, cambia de acuerdo a las elecciones de los clientes y de la zona de Rosario. Los huesos y la grasa se tiran, por eso hay que preguntarle al ministro cual es la distorsión. Echarle la culpa al eslabón más débil no soluciona nada» describió Garcia.

Respecto de las afirmaciones de Buryaile, arremetió diciendo que «lo que tendría que hacer Buryaile, es estudiar cual es el costo de producción, el de la industrialización, distribución y del comercio minorista» y agregó «los carniceros no especulamos con el precio de la carne».

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Asimismo respècto de algunos artículos que aparecieron en medios informativos locales, opinó que «no hay que dejarse tentar con una publicidad engañosa, los que pueden vender a 70 pesos el kilogramo de asado lo hacen porque son los dueños del campo, de los animales, del frigorífico y ademas tienen bocas minoristas para venderle a los vecinos, pero también hay que decir que el peso del animal que comercializa es el de un novillo pesado».

Sobre las costumbres gastronómicas en Argentina, dijo que «preferimos el consumo de animales livianos, es decir terneros, el novillo y vaquillona no es buscado, los argentinos consumen carnes de animales que están por debajo de los 300 kilos, los novillo van de los 340 a 380 kilos y por arriba de esas referencia ya son vaquillonas (hasta 500 kilo) que tienen un menor costo pero que no se consume en el mercado interno».

«De allí que la diferencia en los costos tiene que ver con que tipo de animal desarrollan su negocio en las bocas de expendio estos grandes frigoríficos. Habría que preguntarse porque es necesario importar carne en el país de las vacas, en el gobierno anterior como en este vuelven a desconocer que los responsables de las políticas públicas para afianzar el sector cárnico es el Estado ejecutando medidas que favorezcan al mercado interno. Hay que preguntarse si quieren importar para los amigos o dos supermercados», se interrogó en voz alta el representante de los carniceros rosarinos.

Finalmente José Garcia, subrayó que «el Gobierno debe dar respuesta con políticas públicas para que produzcan más y mejor y que dejen de especular con la merma de carne para aumentar los precios y ofertar o retraer los animales en los mercados hacienda para obtener ganancias a costa de todos».