Por Manuel Parola

El diputado nacional libertario electo de La Rioja Martín Menem es el nombre que ha tomado peso para ocupar la presidencia de la Cámara Baja en la legislatura nacional. Ya está confirmado para ser el presidente del escueto bloque de 38 diputados oficialistas, pero desde los sectores de la derecha nacional todavía se disputa cuál será la persona que ocupe el lugar de principal negociador del ala legislativa del futuro gobierno de Javier Milei a partir del 10 de diciembre.

La Libertad Avanza (LLA) no ha confirmado quién tomará este lugar, pero diversas fuentes del oficialismo entrante confirman que desde el jueves pasado se cocina la posibilidad de que el sobrino del fallecido presidente riojano tome las riendas de la Cámara a partir del 7 de diciembre, fecha en la que se proclamarán las juras de las nuevas autoridades y los legisladores electos jurarán para dar inicio a su mandato. No obstante, la agencia Noticias Argentinas escribió que la decisión de Milei podría oficializarse en las próximas horas.

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La próxima autoridad en Diputados asumirá con el pleno respaldo de la oposición, luego del apoyo brindado por la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien sostuvo desde su cuenta oficial de X (ex Twitter) que “tanto la Presidencia Provisional del Senado como la Presidencia de la Cámara de Diputados le corresponden a un o a una representante de La Libertad Avanza, fuerza política que por amplia mayoría, en el balotaje del 19 de noviembre, obtuvo la representación popular para desempeñarse al frente del Poder Ejecutivo”.

Hasta la semana pasada, la batalla por quién ocuparía ese rol estaba reñida entre el diputado nacional del PRO por la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, y Florencio Randazzo (cercano al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, que hace horas se pronunció en favor de otorgarle gobernabilidad al gobierno entrante).

La decisión de coronar a Menem fue tomada este viernes por la mañana, según publicó el portal Letra P, luego de que el riojano se entrevistara con la mesa chica de Milei. La elección fue destrabada luego de que la figura de Ritondo quedara ensombrecida por la interna entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich, los dos líderes por antonomasia del PRO, donde se arrogan responsabilidades en la victoria de Milei en el balotaje.

Así las cosas, de confirmarse Martín Menem en el sillón central de la Cámara de Diputados, el sobrino del ex presidente quedaría tercero en la línea de sucesión presidencial, dejándole la pista libre a Oscar Zago para ser el jefe de la bancada libertaria. La otra figura que tendría algún lugar de peso es Marcela Pagano. El grupo de élite lo completará el puntano Carlos D’Alessandro.

De esta manera, el gobierno de Javier Milei recoje varias figuras de la década de los ’90: el ungimiento de Martín Menem en la cámara, la nominación de Rodolfo Barra (quien renunció en 1993 a la titularidad del ministerio de Justicia menemista luego de que se publicara su pasado en una organización filonazi, y que previo a eso se desempeñó como juez de la Corte Suprema de la llamada «mayoría automática») como Procurador del Tesoro, y el nombramiento de Patricia Bullrich en la cartera de Seguridad (ésta última desempeñó funciones como secretaria de Política Criminal entre 1999 y octubre del 2000, para ser nombrada ministra de Seguridad Social).