Por Facundo Díaz D’Alessandro

Las elecciones de 2015 produjeron la irrupción de una nueva fuerza política en Rosario que se quedó con tres bancas en el Concejo Municipal.

Con ello, Ciudad Futura logró lo que muchas fuerzas tradicionales buscan por estos días tras tiempos de gloria.

Con Juan Monteverde a la cabeza, aquellos jóvenes prometieron con osadía, más temprano que tarde, lo que hoy es una realidad: «Vamos a pelear por la intendencia de Rosario».

En el marco de estas Paso, Monteverde es la materialización de aquella afirmación ya que es uno de los precandidatos a regir los destinos de la ciudad desde el Palacio de los Leones.

«La política de Rosario cambió a partir del 2015, en el sentido de que en su momento eran dos fuerzas, el socialismo y el peronismo y ahora son cuatro fuerzas, el socialismo, el peronismo, el Pro y Ciudad Futura», detalló el actual concejal para enseguida completar: «Hay diversidad para que la gente elija y eso cambió los términos de la discusión y las formas de hacer política en el Concejo».

Durante su diálogo con Conclusión, Monteverde describió que «hoy ninguna fuerza tiene más del 20% de los votos y por primera vez en Rosario después de treinta años está la posibilidad de que el ciclo del socialismo termine. Nosotros creemos que Ciudad Futura es el único partido que le puede ganar al socialismo».

Después de afirmar que «acá el socialismo gobierna hace treinta años, por méritos propios, pero también por una oposición que nunca se planteó ganar y que siempre hizo negocio de la derrota, el actual edil habló de su fuerza política: «A nosotros nos critican por ser de izquierda, de derecha, de centro y me parece que eso está bueno porque no nos pueden encasillar, no entramos en los parámetros de la política tradicional».

Luego de ser preguntado por este medio al respecto de si su propuesta era revolucionaria, respondió: «Creo que es correcto usar la palabra revolución en términos que debemos cambiar todo lo que deba ser cambiado, no tenemos que tener ningún grado de complicidad».

«En el 2015 la gente nos votó por todo lo que hicimos afuera, porque sin ser gobierno fundamos escuelas, porque pusimos a producir la tierra, porque mostramos una cultura diferente con el Distrito 7, por la Misión Antiinflación, es decir, por mostrar cómo es la ciudad que nosotros queremos para mañana, hoy», explicó, para enseguida considerar: «Y ahora creemos que nos van a votar porque todo eso siguió, pero fundamentalmente, porque seguimos siendo los mismos, porque la institución no nos pudo domesticar, no nos pudo convertir en políticos profesionales, esa es la garantía que tiene la gente cuando gobernemos la ciudad».

Después de la consulta acerca de los poderes que operan sobre el Concejo, indicó con fuerza: «Del lobby no se habla porque ahí está la verdad, hay un silencio de la política, del periodismo. La mayoría de los políticos son prácticamente delegados del poder real y no definen nada, si no, no se explica cómo hay gente que no va a la sesión para no tener que votar en contra de algo. Y se ve la impunidad de determinados empresarios que van al Concejo porque necesitan saltear la ley».

«¿Cómo explican la mayoría de los partidos la campaña que están haciendo para estas elecciones? Son millonarias, no la pueden justificar de ninguna manera. El Concejo es una institución que funciona perfectamente para los intereses de las minorías, de los poderosos y eso se ve retribuido en la campaña», explicó.

En tal sentido, Monteverde abundó sobre el tema cuando indicó: «La más grave de las situaciones que tenemos en esta ciudad, es que la gente va y vota a alguien, y después el que toma las decisiones no es el que votó, pero si al final el que paga la campaña es el mismo que sustenta económicamente la campaña de cada partido, estamos jodidos porque la democracia es una farsa y elijas a quien elijas siempre atrás va a estar el mismo».

«El primer día que llegamos al Concejo dijimos que íbamos a seguir viviendo con los mismos salarios que vivíamos antes de ser concejales, y el 70% de lo que cobramos todos los meses lo transferimos a Ciudad Futura y con eso financiamos la campaña», marcó, para después decir:  «Por eso nosotros nos podemos enfrentar al lobby inmobiliario, a los monopolios de los alimentos, porque ellos no nos financian la campaña».

«Queremos que en Rosario la ley sea igual para todos, presentamos el plan de desarrollo para la ciudad que tiene tres puntos, el primero es la cuestión de la política de los alimentos como una política de Estado, después plantemos el proyecto urbanístico más grande que se haya planteado nunca en la Municipalidad de Rosario», detalló.

Finalmente, el precandidato a intendente aludió al inconveniente que tuvo su fuerza política durante este año, cuando uno de sus miembros tuvo que dejar un lugar en el Concejo: «Nosotros planteamos la feminización de la política. El feminismo y Ciudad Futura van de la mano en la lógica de cómo entender el poder y después tomando decisiones valientes en los momentos en que hay que tomarlas, como cuando se aplicó el protocolo contra la violencia de género al ex concejal Eduardo Trasante y se lo corrió de la banca».