La actividad de los camiones que llevan productos argentinos a países limítrofes cayó 50% en el último año, lo que inundó de fletes el mercado de cabotaje mientras suben los costos operativos de la logística, que tarde o temprano se terminan trasladando a precios de los productos.

Daniel Indart, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), dijo que «es una situación muy compleja porque hay muchos camiones parados, mucha flota ociosa, y eso hace muy dura la negociación del precio del flete con el dador de carga, mientras los costos operativos siguen creciendo y la rentabilidad cae».

El empresario expuso así la situación de las empresas de transporte que también vienen golpeadas por la caída del consumo interno (lo que determina menos fletes) de forma consecutiva durante el último año y medio.

En lo que va de 2017, a los camiones les aumentó el gasoil (30%); los peajes (39,7 %); patentes (35%); el costo financiero (16,7 %), explicado por el alza de las tasas de interés; y los gastos generales (14,5%), que recogen el impacto del aumento de los servicios públicos.

Según datos del Indec, la cantidad de productos exportados por la Argentina cayó un 4,2% anual en mayo; en tanto, las ventas acumuladas al Mercosur en los primeros cinco meses del año cayeron 0,5%.

Exportaciones a Brasil

Las exportaciones a Brasil, por ejemplo, alcanzaron u$s788 millones y las importaciones desde ese país u$s1.652 millones, aunque cuando vienen por tierra lo hacen en rodados con bandera verde y amarilla.

Si bien la caída de exportaciones no es tan significativa como la baja en la actividad de los camiones, ha aumentado el transporte fluvial y del autotransporte con bandera extranjera.

El Gobierno creó en enero de este año la Comisión Nacional de Fronteras para regular y coordinar el funcionamiento de los Pasos Internacionales y Centros de Frontera de manera de agilizar el comercio internacional, pero no hubo avances aún.

Según Indart, la agilización de fronteras es un paliativo dado que el sector afronta otras tensiones clave como la suba de costos operativos, el alargamiento de los plazos en la cadena de pagos y una presión impositiva que alcanza al 41%.

«Las empresas del autotransporte vienen perdiendo rentabilidad desde el 2013. Ahora cayó 50% la actividad del comercio internacional por tierra y hay flota ociosa, por lo que es difícil discutir el precio del flete con el dador de carga», dijo Indart.