El presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (CAMIMA), José Luis Ammaturo, reclamó «previsibilidad» al próximo Gobierno «para promover inversiones». De esa manera, resaltó, se podrá «recuperar la competitividad.

Y para ello, es necesario hacer cambios en la política económica» y que «esta industria está dispuesta a poner como siempre el hombro y a colaborar con el Gobierno electo, para volver al camino del crecimiento y a la generación de empleo genuino», enfatizó Ammaturo.

En un comunicado, el dirigente remarcó que «es necesario convocar y sumar a todos las fuerzas productivas, a todos los sectores, recreando y revalorizando la búsqueda de consensos para alcanzar ese objetivo».

En ese sentido, apuntó: «Es prioritario que las pymes tengan espacio en el diseño de las políticas públicas y en las mesas de debate, ya que por su propia naturaleza, están firmemente comprometidas con la industria nacional».

Las grandes celebran, las pymes rezan

Hace solo 48 horas, la UIA se esperanzó con un plan de infraestructura, sin embargo las Pymes industriales confesaron tener pánico a la apertura comercial.

Por su lado, la Unión Industrial Argentina, entidad que agrupa a las grandes empresas, manifestó expectativas positivas respecto del Gobierno que comienza partir de diciembre.

Los pequeños empresarios, en contraste, mostraron preocupación por las medidas que podrían aplicarse desde el próximo mes, al afirmar que impulsarían la puja distributiva entre precios y salarios y afectaría el empleo.

Desde la UIA habían asegurado que se abrían expectativas positivas con la agenda de política económica planteada por la Alianza Cambiemos.

José Urtubey, vocal de la entidad fabril, manifestó: “Lo importante es que se avance en un programa amplio de infraestructura para incrementar la competitividad de la producción en el interior del país, un elemento que figura entre las propuestas del nuevo gobierno”.

El dirigente industrial aseguró que el gran desafío para el gobierno será controlar la inflación sin afectar el nivel de actividad económica (contracción del mercado interno). “Se debe trabajar en un concepto de competitividad sistémica y tener una visión federal. Es muy importante mantener el mercado interno”, apuntó.

Por su lado, los pequeños y medianos empresarios, pese al entusiasmo de los sectores concentrados de la economía, mostraron una fuerte preocupación por el resultado de las políticas económicas que podría encarar Mauricio Macri. “Lo que más nos preocupa es qué pasará con la tan nombrada apertura económica. No sabemos si va a dejar las importaciones libradas a las fuerzas del mercado. Pero si eso llega a pasar las pymes industriales tendremos un fuerte impacto sobre los puestos de trabajo y la capacidad de vender en el mercado interno”, aseguró Marcelo Fernández, de la Confederación General Económica de la República Argentina (Cgera), la entidad que agrupa a las empresas de menor escala.

La foto del 22 de noviembre durante los festejos en el bunker macrista, dio serios indicios sobre quienes asumían el resultado con cierto grado de euforia, esa noche se hicieron presentes numerosos hombres de negocios del establishment local.

El presidente de Fiat, Cristiano Ratazzi, fue una de las figuras, al tiempo que también participaron Daniel Novegil, del Grupo Techint; Federico Tomasevich, de la financiera Puente; Gustavo Lopetegui, de LAN; Juan Carlos Villa Larroudent, de Omint, y Luciano Miguens y Etchevehere, de la Sociedad Rural. El empresario de la construcción, Nicolas Caputo, fue otro de los personajes destacados.