Por Marcelo Chibotta

Y un día decidió armar su línea interna. Después de haber renunciado a su banca de concejal en 2004, Federico Steiger se proyectó de nuevo a la arena política y lanzó anoche, dentro de su fuerza partidaria, su espacio denominado «Radicales e Independientes dentro de Cambiemos».

El ex edil había participado, antes de integrarse a las filas del centenario partido de Leandro N. Alem, de la Unión del Centro Democrático (UCD) que comandaba el ex capitán ingeniero Álvaro Alsogaray.

Con motivo del nuevo impulso que Steiger le imprimió a su actividad política, Conclusión conversó con él y recogió, ni bien iniciada la charla, una de sus consideraciones que en ocasiones luce sin dobleces:  «Queremos marcar una clara diferencia con aquellos que piensan que el radicalismo puede jugar a dos puntas. Que pueda ser aliado en la provincia con el socialismo y en la nación con el gobierno nacional, cuando son netamente antagónicos».

“Pareciera que el lema ‘que se rompa y no se doble’ fuera que se doble todo lo posible pero que no se rompa para usufructuar cargos y posiciones», expresó sin titubear el ex concejal que había dejado su banca a través de una nota presentada al entonces presidente del Concejo, Agustín Rossi.

Más adelante, recordó que “el radicalismo viene siendo parte del Frente Progresista desde hace muchos años en la provincia de Santa Fe, pero nosotros somos resueltamente partidarios del acuerdo político establecido (en la convención nacional del radicalismo) en Gualeguaychú, cuando se decidió que formemos parte de Cambiemos”.

“No aceptamos y no queremos al socialismo porque ha tratado muy mal al radicalismo, prácticamente como si sufriera el Síndrome de Estocolmo” – describió Steiger – para luego señalar: “En un momento dado, teníamos un candidato a vicegobernador y Binner resolvió cambiarlo pasando por encima del partido para poner a alguien que le gustaba más, y así fue casi permanentemente la política de ellos hacia el radicalismo”.

Sin detenerse, el ex concejal que consideró oportunamente que la función pública significó para él “un sacrificio económico”, explicó algunas de sus expectativas: “Pretendemos transparentar algunas cosas de la política que no nos gustan, por ello vamos a presentar un pedido de informe para saber exactamente cuáles y cómo se usan los cuantiosos subsidios de los que pueden disponer los legisladores provinciales para usar supuestamente con instituciones. Nos parece fuera de contexto que quien debe legislar, aparte pueda otorgar subsidios porque es una tarea que no les compete; creo que forma parte de la corruptela de la política, a pesar de que es legal, pero no es legítimo”.

Consultado sobre cuáles son otras razones por las cuales su espacio político adhiere a la propuesta de Cambiemos, el ex funcionario respondió: “Porque ideológicamente nos sentimos muchísimo más cerca de esa posición porque no compartimos muchos comportamientos del socialismo en el Congreso de la Nación porque creemos que el gobierno provincial está enfrentado con el gobierno nacional y nosotros defendemos, con los aciertos y errores que puedan tener, las políticas del gobierno nacional porque pensamos que Argentina hubieras sido hoy un símil a Venezuela y el socialismo apoyó muchas medidas del kirchnerismo en el orden nacional”.

— ¿Usted considera entonces que la postura ideológica del radicalismo es más afín a lo que propone Cambiemos frente a lo que plantea el Frente Progresista?

— No sé si lo es…debería serlo porque lo que no se puede, como decía mi viejo, es andar con un mismo culo montando caballos a la vez porque corren por distintas pistas. Que el radicalismo resuelva si quiere una alianza definitiva y exclusiva con el socialismo, pero lo que no se puede es que en la provincia y en la nación acordar con los dos porque son opositores entre sí. ¿Cómo se puede presentar con dignidad política ante la sociedad esa posición? Únicamente se puede hacer cuando se buscan beneficios políticos o particulares.

— Sin embargo, en su oportunidad el titular del radicalismo provincial Julián Galdeano, hizo en una entrevista de Conclusión una suerte de equilibrio entre las dos posturas…

— Creo que no se puede. Nosotros, quienes hemos estado en la función pública dimos ejemplo de honestidad, hay muchísima gente honesta, pero creemos que esto es un oportunismo político enorme. No lo comprendemos, cada uno puede hacer lo que le parezca y es respetable, pero nosotros tenemos una posición absolutamente distinta y franca, que podrá gustar o no, pero no da lugar a ningún tipo de confusiones.

— Usted supo decir que el socialismo le hizo mucho daño a la provincia ¿Podría indicarnos a qué se refirió con ello?

No nos olvidemos que en los últimos tiempos se instaló con mucha fuerza el narcotráfico en la provincia de Santa Fe. Yo sé que el socialismo tiene gente correcta y honesta, pero que con una notable ineptitud han sido funcionales al desarrollo del narcotráfico que ha sido mal combatido y no se le ha dado importancia, creyeron que era una cosa insignificante y hoy tenemos un problema gravísimo. En Rosario tenemos hoy el mismo índice de mortandad que en la ciudad de México. Y lo otro es que tiene una concentración muy grande de poder que tiene el socialismo en todas las decisiones. Cuando yo presidí el bloque radical, terminé renunciando al bloque, a su presidencia y al Concejo por esas razones.

— ¿Por qué usted considera que la sociedad debería sentir vergüenza por los 12 años de kirchnerismo a nivel nacional?

— Porque creo que fue un latrocinio organizado, que llegaron como una asociación ilícita para robar, que la matriz fue saqueo y que estamos pagando consecuencias que son terribles y que las pagaremos por mucho tiempo, porque robaron en los campos donde pudieron operar, porque eliminaron muchas libertades, porque persiguieron a mucha gente y porque fueron por todo, y nosotros queremos una democracia abierta participativa plural como está funcionando el Congreso de la Nación hoy.

— Sin salir de la mirada nacional ¿Cómo considera que la población recibe las medidas tomadas por el actual gobierno?

Creo que el gobierno nacional heredó una situación complicadísima, que de haber seguido el kirchnerismo, hoy estaríamos muy cerca de Venezuela. O sea que la bomba que dejaron virtualmente está en este momento funcionando y entonces esto está provocando, con errores políticos del gobierno nacional, marchas y contramarchas con tarifas que hay sectores de la población no están en condiciones de pagarlas, situaciones que se hace muy difíciles y un algo que nos guste o no, hay que decirlo, estamos en un proceso de recesión económica que se salva con inversiones y sobre todo con una clara presencia del Estado en lo que son las obras de infraestructura y de logística que están atrasadísimas. Yo trabajo mucho en la actividad particular y puedo decir que las rutas argentinas no se pueden transitar, que son un peligro. En ese sentido creo que somos unos de los países más atrasados del mundo. La educación nuestra es un desastre. Hay un montón de cosas y nos han dejado y necesitamos 20 años para poderlas recuperar. Teníamos la gran educación de Latinoamérica y hoy tenemos unas de las más pobres; los chicos no saben interpretar lo que leen, eso lo vemos y lo sabemos y la pobreza se multiplican todos lados.

— El Papa dijo que el mundo está en guerra y por ello puede decirse que está en recesión. ¿De dónde provendrían entonces esas inversiones a las que usted recién aludía?

— Yo primero le pediría a los empresarios argentinos, que han sido bastante pícaros e irresponsables y que incluso en gran parte responsables de inflación que vivimos, que tengan una cuota de patriotismo que alguna vez aflore, porque lo único que han hecho es subir sus precios para tener más ganancias y esa es una realidad que no podemos negar en Argentina.

— ¿Cuáles son las propuestas de su espacio político le propondrá a la ciudadanía de Rosario y de la provincia de Santa Fe?

— Estamos recién organizándonos con muy buen resultado primero proponemos la transparencia institucional, la austeridad, el desarrollo económico la plata bien gastada, gastar menos en política proselitista y más en las obras de infraestructura que la gente necesita.  En el norte de Santa Fe, que yo conozco muy bien y en Rosario mismo, donde hay núcleos de pobreza que son enormes y que no se solucionan con palabras ni con discursos, sino con obras de infraestructura que cuestan plata, por supuesto, y que tenemos que invertir en los sectores más desprotegidos.