Por Fabricio Navone

Las empresas productoras de biocombustibles pusieron el grito en el cielo cuando se enteraron que sus proveedores de aceite, las grandes terminales agroexportadoras, trasladaron el dólar soja al aceite que se utilizará para el mercado interno.

«Trasladaron el precio al aceite para el mercado local que terminó siendo más caro que el valor FOB», se quejó un importante industrial santafesino en diálogo con LPO quien explicó que las plantas están trabajando con aceite en stock con el riesgo de tener que paralizar la producción si no hay un precio diferencial durante septiembre que rija el dólar soja.

Mientras la tonelada de aceite se cotiza a 1.400 dólares, el precio de venta de producto final del biocombustible se fijó en mil dólares:  «la Resolución 636/2022 incrementó el precio del biodiesel un 11% respecto al valor de agosto, totalizando un valor de $220.000 por tonelada. La trayectoria de precios del biodiesel argentino en 2021 mostró un valor fijo de mayo a noviembre, redundando en una importante baja real de precios por la evolución de la inflación en la economía argentina», describe el informe de la Bolsa de Comercio sobre el impacto de las medidas que implementó Economía.

En consecuencia, el gobierno no descarta aplicar la Ley de Abastecimiento para las 40 mil toneladas de aceite de soja que se necesitan para cubrir la producción de biodiesel hasta fin de mes para que las terminales provean al mercado interno a valor de U$D 900 la tonelada y poder enmendar el desfasaje de 2 mil millones de pesos en los costos de producción de las plantas.

Este viernes, las operaciones de compra de aceite destinado a la bioenergía se paralizó y solo se concretaron aquellas que habían fijado precio. Algo parecido está sucediendo con la cáscara de soja que se utiliza para la producción de alimentos balanceados que de 190 dólares se disparó a 270 la tonelada. La situación se complicó por el faltante de maíz en el mercado porque el productor prefiere entregar soja.

Pero más allá de la disparada del precio de las aceiteras, el sector de biocombustibles logró en agosto pasado que la Secretaría de Energía aumente el corte al 12,5 en surtidor. La medida generó malestar en las petroleras que deben pagar el porcentaje. Las productoras de combustibles de base vegetal se defienden y aseguran que sigue siendo más barato por el ahorro de dólares que significa necesitar menos importación de gasoil.

La producción de biodiesel en base de soja y maíz es fuertemente defendido por los gobernadores de la Región Centro (Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos) donde están asentadas las principales plantas y en la última reunión, Schiaretti, Perotti y Bordet adelantaron que van a reclamar a Energía que el 12.5% de corte se aumente al 20%.