Por Sebastián Iñurrieta

Noventa y seis horas después de su presentación en sociedad con un tuit, la fórmula de Unión por la Patria apenas se cruzó en un acto. Insólito: hay un spot del precandidato presidencial que no fue, Eduardo de Pedro, y hasta una inédita sesión de fotos con su compañero de fórmula fallido, Juan Manzur, pero aún no hay un registro oficial del binomio que fue, el de Sergio Massa Agustín Rossi. EL jefe de Gabinete publicó en las redes el encuentro con el ministro de Economía en el puntapié proselitista que dio Cristina Fernández de Kirchner en su sesión terapéutica de sacar los trapitos al sol. La ausencia de la básica pieza marketinera de Unión por la Patria (UP) es apenas un síntoma de una campaña que arrancó en desorden, con reproches cruzados y acusaciones de traición por las intrigas palaciegas del caótico cierre de listas.

«Se están terminando de integrar los equipos, ya va a salir la foto oficial de la fórmula», justificaron en el cristinismo antes de aprovechar para un despliegue de ironía: «Son dos funcionarios, tienen trabajo. Patricia Bullrich trabaja de candidata, no hace otra cosa».

Oportunidades para la imagen conjunta no faltarán. Este mismo miércoles, Massa y Rossi se cruzarán en la Casa Rosada. El ministro coordinador convocó para las 10 a su primera reunión de gabinete. Desde que asumió, el santafesino abandonó la práctica de las citas ministeriales que había implementado su antecesor, Manzur, a cambio de mantener citas individuales. Las miradas se posarán en dos integrantes del albertismo que quedaron bajo fuego cristinista: el canciller Santiago Cafiero y la titular de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, que integran la lista de UP para llegar a la Cámara de Diputados por la provincia de Buenos Aires.

Las juntas electorales de los partidos tienen 48 horas de plazo, desde la presentación de las listas, para oficializarlas. El dato del calendario toma otra connotación con el reproche K dirigido a ambos, con la implícita invitación de dar un paso al costado. “En la última aparición de Cristina en Santa Cruz, muchísimos habían interpretado que el elogio a Alicia Kirchner había sido un palito para mí y yo había dicho que no había sentido un palito; que cuando Cristina quiere dar palitos, más que palitos, da palazos. Lo de ayer fue un palazo frontal”, admitió Tolosa Paz al recordar que la vicepresidenta había enaltecido a la gobernadora de Santa Cruz como la mejor ministra de Desarrollo Social que hubo. «Dar versiones sobre los cierres de listas no contribuye en nada», fue más diplomático Cafiero.

Ambos fueron blancos de CFK cuando la vice reveló, en su discurso del lunes, la negociación con el albertismo para sellar una fórmula de unidad. Como contó Letra P, la vice incluso habló con el expresidenciable Daniel Scioli, cuyo espacio mastica la palabra «traición». «¿Santiago se coló en las listas y nadie se enteró hasta ver su firma (en las listas), el sábado? Es poco serio el planteo; fue todo parte del acuerdo», argumentan en el Ministerio de Relaciones Exteriores. La tensión se palpa en la frontera: Cafiero es el jefe del embajador en Brasil.

Los cruces escalaron a lo que el albertismo considera una amenaza. «Cafiero y Victoria no deberían tener los cargos que tienen», sostuvo la senadora provincial Teresa García en Radio Provincia. Por ahora, no hubo más que artillería verbal. La ex funcionaria de Axel Kicillof alimentó los rumores. «En el lugar de Cafiero tendría que haber ido Scioli y nadie le avisó», adujo. En la Cancillería niegan esa versión, al retrucar que Scioli desestimó cualquier puesto en una lista.

«Sergio es el candidato, es el que tiene que ordenar«, es el ruego del entorno de un precandidato que no está cómodo con la pirotecnia verbal. Es más, sostiene que Massa comparte la misma inquietud. En Economía no confirman ni desmienten la sensación. «Esta vez dejó que el escenario fluyera», dicen. En otras palabras, el tigrense evitó mancharse los zapatos con el barro de la interna. La cuestión es si el foco de los próximos actos de UP estará puesto en la asistencia o la ausencia de Cafiero y Tolosa Paz. «No podemos estar semanas viendo en qué asiento ubicaron a tal y a cual precandidato, no es sano», aducen en un ministerio y otros tiran leña al fuego: «¿Dónde está el Cuervo (Andrés) Larroque, que está tan silencioso?». El ministro bonaerense, que dejó La Cámpora para crear La Patria es el Otro, es uno de los ausentes del debate oficialista de los últimos días. No es el único de los que coreaba CFK2023 que se quedó fuera de las discusiones.

Con la narrativa que viene elaborando su equipo para instalar su precandidatura a ojos del propio cristinismo, Massa ultima los ejes por los que transitará su campaña. Por ahora, en sus primeras horas con el traje de precandidato puesto, el titular del Palacio de Hacienda se rodeó del scrum político de las principales figuras del oficialismo, desde CFK pasando por Máximo Kirchner Axel Kicillof. Recién este martes compartió un efímero momento con Alberto Fernández en el encuentro de la Cámara Argentina de la Construcción. «Tienen el privilegio de que van a escuchar la opinión del presidente de los argentinos y acaban de escuchar la del próximo presidente», le dedicó el mandatario en el primer escenario que comparten desde que el ministro fue oficializado como el aspirante a sucederlo.

El rol de Fernández en la campaña es, por ahora, una incógnita. El puntapié oficial para la campaña de UP se está pensando para el 9 de Julio, cuando, como festejó Massa este martes, la Argentina «celebrará no sólo su independencia, sino también su independencia energética». Será la inauguración formal del gasoducto Néstor Kirchner, el hito que prepara el oficialismo para salir a buscar votos. Con maldad, desde un ministerio ya ensayan una justificación de la posible ausencia presidencial en la foto oficial: «Debería ir a Tucumán al acto del día patrio».