Un altar de Mama Antula, la primera mujer argentina en ser declarada santa por la Iglesia Católica, fue desplegado este miércoles en uno de los Salones del Palacio del Congreso, donde podrá ser visitado por el público en general hasta el próximo viernes 16 de febrero, entre las 10 y las 18. Está ubicado en el Salón de las Provincias contiguo al proscenio que da hacia la avenida Entre Ríos y al Salón Azul del Senado, y rodeado por las banderas de las provincias de Santiago del Estero y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las autoridades del Senado aclararon que no habrá acto oficial de apertura, celebración o clausura, sino que se invita a la ciudadanía en general y a la comunidad religiosa en particular, a alabar y rendir homenaje a quien «promovió la palabra de Dios por toda nuestra República Argentina».

María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, nació en 1730 en la localidad de Villa Silípica, antigua encomienda de indígenas de la actual provincia de Santiago del Estero.

Tras hacerse monja, trabajó con los jesuitas en la evangelización de los indígenas. Luego de la expulsión de la Compañía de Jesús de América, Mama Antula, como fue llamada por los aborígenes de la región donde trabajaba, emprendió una caminata evangelizadora y recorrió las actuales provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja. En 1777 llegó a Córdoba y a Buenos Aires en septiembre de 1779.

Continuó su tarea evangelizadora, incluso en Uruguay, fundando en ambas orillas del Río de la Plata casas de ejercicios espirituales.

El 7 de marzo de 1799 falleció a causa de una enfermedad y sus restos fueron inhumados en la Basílica de Nuestra Señora de la Piedad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Mama Antula se convirtió en santa este domingo 11 de febrero, luego de que en octubre del año pasado el Papa Francisco aprobó un milagro atribuido en la sanación de Claudio Perusini, quien se recuperó de un «ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico» gracias a la intercesión de la laica consagrada.

La recuperación de Perusini, que había sido alumno de Jorge Bergoglio y estuvo presente en la ceremonia de canonización en la Basílica de San Pedro, no tuvo explicación médica, según la junta de profesionales del Vaticano, por lo que se reconoció el milagro de Mama Antula.