El papa Francisco, llegó este miércoles a Tailandia como parte de una gira y se quedará de visita en el país tres días. En el segundo día de estadía realizó una misa en el estadio de Bangkok, donde denunció el flagelo de la prostitución y la trata a la que se expone a niños, niñas y mujeres.

La jornada en Bangkok recibió a más de 60.000 fieles, según las autoridades, entre los que se incluían tanto algunos de los representantes de la pequeña comunidad católica del país, como muchos migrantes católicos de naciones vecinas.

Francisco citó a «los niños, niñas y mujeres expuestos a la prostitución y a la trata, desfigurados en su dignidad más auténtica». Este tema ya lo había tratado antes durante su discurso a las autoridades por la mañana, aunque de manera más cauta.

«Mujeres y niños son particularmente vulnerados, violentados y expuestos a toda forma de explotación, esclavitud, violencia y abuso», denunció Bergoglio ante el primer ministro tailandés, el general Prayut Chan-ocha. Sin embargo, también quiso reconocer «los esfuerzos del gobierno tailandés para extirpar este flagelo, así como a todas aquellas personas y organizaciones que trabajan incansablemente para erradicar este mal y ofrecer un camino de dignidad».

En Tailandia la prostitución es ilegal, no obstante, las organizaciones pro derechos humanos datan la cifra de entre 200.000 y 300.000 prostitutas. El instituto estadounidense “Protection Project” informó que el número de menores de 18 años relacionados con la explotación sexual está cerca de los 12.000, mientras que un estudio de la universidad tailandesa de Chulalongkom, revela que la cifra ronda los 40.000.

Durante la misa, el pontífice recordó que su visita coincide con el 350 aniversario de la creación del primer Vicariato Apostólico del entonces Siam (1669-2019), y relató que solo dos misioneros fueron capaces de atreverse a evangelizar esas tierras. Luego, defendió que los misioneros no son “mercenarios de la fe”.

Francisco, también se refirió a «esos jóvenes esclavos de la droga y el sinsentido que termina por nublar su mirada y cauterizar sus sueños» y a «los migrantes despojados de su hogar y familias, así como tantos otros que, como ellos, pueden sentirse olvidados, huérfanos, abandonados».

“Por las condiciones en que esta se desarrolla representa uno de los principales problemas morales a los que se enfrenta nuestra generación», anunció el papa a las autoridades, respecto al fenómeno migratorio.

«La crisis migratoria no puede ser ignorada», destacó, y citó cómo «la propia Tailandia, conocida por la acogida que ha brindado a los migrantes y refugiados, ha afrontado esta crisis debido a la trágica fuga de países vecinos».