Por Adriana Bello

El vino Mariani, creado en 1863 por el químico ítalo-francés Angelo Mariani, era uno de los grandes favoritos de los Papas Pío X y León XIII. Incluso, este último le confirió una medalla vaticana de oro a su creador.

No sólo era agradable al gusto; sino que, además, se decía que su consumo regular ayudaba con los problemas respiratorios y estomacales; combatía la fatiga, era analgésico y hasta ayudaba con los nervios.

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Por eso este elixir no sólo era de los vinos favoritos de los Papas, sino también de otras grandes personalidades. Entre ellas, la reina Victoria de Inglaterra, Thomas Alva Edison, Sigmund Freud, el zar Alejandro II de Rusia y hasta el escritor Julio Verne.

¿Cuál era el problema? Pues que este vino estaba hecho, además de Burdeos, con extractos de hojas de coca.

El uso de la coca, algo “normal” en la época

Se cree que Angelo Mariani había leído un tratado publicado por el químico italiano Paolo Mantegazza en 1859. Éste había viajado años antes al altiplano argentino y se había percatado que allí los campesinos realizaban sus faenas diarias sin mucho esfuerzo, gracias a que masticaban una hoja amarga y áspera (hojas de coca).

Además, la cocaína fue aislada de la coca en forma cristalina en 1860 por el químico Albert Niemann de Göttingen. Y, desde entonces y hasta que se supieran los efectos negativos, desde los farmacéuticos hasta los curanderos la recomendaban. Así que no solamente este vino la contenía, también otras bebidas.

Sin embargo, si bien es cierto que incluso hoy en día las hojas de coca se comercializan legalmente en varios países del altiplano andino (como Perú y Bolivia), es muy diferente cuando se mezclan con alcohol (o se usa la cocaína aislada, como se cree que Mariani luego hizo).

La mezcla del vino Mariani producía un efecto estimulador del sistema nervioso central muy parecido al de la cocaína sola; pero además, se veía potenciado por la generación de un tercer compuesto llamado etilencoca, producto de la reacción química entre un metabolito de la cocaína y el etanol.

Lo cierto es que por más de 50 años, intelectuales, científicos, presidentes, artistas y dos pontífices lo bebieron. El vino Mariani fue prohibido en 1914, poco antes que su creador falleciera y varios años después de la muerte del Papa León XIII, cuando empezaron a salir los primeros estudios de las consecuencias adversas de la cocaína y el verdadero peligro de su consumo.