“La matemática no es para mí”, “en la escuela me la llevé a rendir todos los años”, “no soy bueno con los números”, “no la entiendo”, “me resulta difícil”… Todas estas son frases que se escuchan habitualmente sobre esta materia que “tiene mala prensa”, según algunos estudiosos. Por eso, para desinstalar la idea de que es una ciencia dura y demostrar que está al alcance de cualquiera en la vida cotidiana, un equipo de docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) realizan desde hace tres años talleres de extensión con adultos mayores y adolescentes.

Tanta aceptación tuvo el trabajo, que los estudiantes lograron compilarlo en el libro “MatematicaMente”, publicado recientemente por la UNR Editora.

cuentasLa obra contiene una serie de situaciones problemáticas en forma de juego para todas las edades. “Las propuestas tienen la intención de estimular el pensamiento crítico y la toma de decisiones. Para su resolución se requiere apelar al sentido común y la creatividad”, expresan las autoras Viviana D’Agostini, Mariana Pérez y Graciela Demti.

Dado que se incluyen ejercicios abiertos, que pueden tener más de una respuesta, una particularidad de esta publicación es que no sólo brinda el resultado final, sino los diferentes caminos para llegar. Es decir que hay una explicación de la estrategia utilizada teniendo en cuenta que esta puede aplicarse a otras situaciones. Algunas actividades pueden realizarse con objetos como palillos, botones, monedas, fósforos, para, a través de la manipulación de los mismos, facilitar el encuentro de posibles soluciones

El libro es una síntesis del trabajo que vienen realizando estas investigadoras a través de varios proyectos de extensión universitaria. En el 2013, desarrollaron el Taller “Estimulación cognitiva y entrenamiento de la memoria. Aplicaciones en la vida cotidiana de adultos mayores”, en la Escuela de Gerontología Municipal Profesor Marcos Berezovsky.

La propuesta apuntó a agilizar la mente a través de ejercicios y problemas planteados en forma de juego. Los de ingenio, con el fin de entretener y socializar; y los de razonamiento, para estimular el funcionamiento de la memoria, la capacidad lógica y de comprensión.

El equipo de la UNR elaboró una serie de encuestas para conocer mejor al grupo de jóvenes con los cuales trabajarían y se encontraron con tímidas respuestas como “no soy bueno con los números”, “no la entiendo”, “me resulta difícil y me cuesta” pero también con otras más desafiantes como: “Nunca nadie me propuso juegos de ingenio”. Fue allí donde las investigadoras detectaron el campo fértil para poder trabajar en estas inquietudes y explotar el interés.

Cambiando la enseñanza 

Los talleres, que estuvieron a cargo de docentes y estudiantes de Ingeniería y del Profesorado de Matemática, se propusieron cambiar la idea de que esta ciencia es para unos pocos. En un comienzo se plantearon juegos de ensayo y error sobre un tema que luego los profesores del área formalizaron en sus clases. Luego, se expusieron diversas propuestas para ejercitar la mente con juegos de ingenio, acertijos, adivinanzas, enigmas y ejercicios de lógica y razonamiento apelando a despertar el interés y la curiosidad por la matemática.

En estos espacios se utilizaron elementos didácticos como dominó, cartas, palillos, botones o fichas, tarjetas de cartulina construidas manualmente, etc. Al mismo tiempo se trabajó con diarios, folletos de supermercados, revistas, propagandas y diseños fotográficos, que fueron compilados y reformulados para simular diferentes situaciones problemáticas de la vida cotidiana como el análisis de las ofertas y promociones de supermercado.

“Hay una gran variedad y distintas forma de decir lo mismo en estas publicidades, algunas un poco engañosas”, explica D’Agostini y aclara que si se analizan seriamente, se pueden tomar buenas decisiones a la hora de comprar. “Una cosa es estudiar fracciones y porcentajes fuera de contexto y otra muy distinta es aplicarlo concretamente cuando vas al supermercado”.

Acerca de las razones por las cuales a muchos estudiantes les resulta difícil esta asignatura, las académicas alegan que debería priorizarse la resolución de problemas y dejar que los alumnos se enfrenten a nuevos desafíos, en vez de hacer ejercicios rutinarios. Este trabajo extensionista también intenta estrechar lazos entre la escuela media y la Universidad al aportar herramientas para un aprendizaje significativo por competencias y fomentar la continuidad en el sistema formal de educación pública de los estudiantes.

La idea de editar el libro surgió como un modo de plasmar todo lo trabajado en estos proyectos de extensión universitaria y que ese material esté disponible a los interesados. Las situaciones problemáticas que se plantean son abiertas a todas las edades para que puedan compartirse en familia, sin necesidad de tener un conocimiento matemático específico. “Cuando uno resuelve un problema con otro y discute, se ponen en juego la capacidad crítica, la fundamentación, la argumentación, es decir las habilidades cognitivas”, explican las investigadoras.