Después de la corrida del dólar y en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno decidió aumentar la cuota de poder del Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne designándolo como coordinador económico del Gabinete. Así se desarma la conducción económica anterior, constituida por el tridente formado por el jefe de Gabinete Marcos Peña y sus dos vicejefes  Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.

Así Dujovne pasaría a a coordinar los ministerios de Finanzas, Interior, Trabajo, Energía, Transporte, Agroindustria, Producción, Modernización y Turismo, es decir, todas las áreas que se consideran vitales para poder avanzar en la reducción del déficit fiscal exigidas por el Fondo Monetario, carteras que serán centrales también en la discusión del “gran acuerdo nacional” propuesto por el oficialismo hacia el Presupuesto 2019.

Si bien la decisión se explica por la necesidad de designar a un único interlocutor para la negociación con el FMI, lo cierto es que también constituye una respuesta a la crisis financiera que atravesó la economía nacional durante la primera quincena de marzo, en la que las respuesta económicas aparecieron como erráticas y descoordinadas, como lo reconoció el propio presidente Mauricio Macri. Si bien el presidente en su conferencia de prensa del miércoles pasado ratificó al Gabinete se evidencian claros reacomodamientos del poder dentro del organismo, con un marcado retroceso de Peña que se había venido fortaleciendo durante el primer cuatrimestre del año, la vuelta del ala política a los distintos espacios decisionales cotidianos (el presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó, el líder radical Ernesto Sanz, etc.).

Con el objetivo de preservar a Peña, la mayor parte de los costos de la crisis serían volcados sobre Quintana, a quien se acusa de tener un “juego propio” durante la  crisis financiera que motivó las acciones descoordinadas en el área económica para tratar de contener la disparada del dólar. En este sentido, ahora será responsabilidad de Dujovne, junto con el ministro de Finanzas Luis Caputo, la coordinación directa con el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger.

En medio de las críticas a Quintana por su rol en la tormenta financiera, crecen las denuncias por su posible conflicto de intereses a partir de su vinculación con la empresa Farmacity. Si bien a principios del mes pasado el vicejefe de Gabinete anunció la decisión de desprenderse de las acciones que mantiene en la empresa (en una operación de más de 9 millones de pesos), por el momento sigue manteniendo el control de Farmacity mientras se define su posible desembarco en provincia de Buenos Aires y la causa sigue tratándose en la Corte Suprema de Justicia. Más allá de las justificaciones de Quintana acerca de su salida de la empresa, hoy se denuncia que mantiene el control de la misma a través del fondo Partners, que posee el 53% de las acciones.