Por Andrea San Esteban

“El 75 por ciento del PBI mundial está manifestando una fase de expansión, es el crecimiento más importante desde que comenzó la década», dijo la directora del FMI Christine Lagarde. Pero no todas son rosas, comentan desde la Fundación de Investigaciones Económicas para la Argentina Moderna en diálogo con Conclusión, ya que, desde el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), establecen que la modernidad padece de «bipolaridad”.

En el análisis de la Fundación se señala que, según los economistas del MIT hay tres posibles escenarios de conflicto, o riesgos. “Tres principales peligros son: una nueva burbuja en el precio de los activos, ya sea una corrección técnica del mercado -es decir, una crisis financiera-, una recesión económica directa o un evento geopolítico (por ejemplo, que Estados Unidos ataque a Corea del Norte y estalle una guerra).

Baja productividad

La posibilidad de una recesión, dicen desde la Fundación, es la baja productividad que aún tiene la economía y un descenso de inversión en nuevas tecnologías, “desvanecimiento de los efectos del auge de la tecnología, de la información y la comunicación, el debilitamiento de los esfuerzos de las reformas del mercado de trabajo y de productos, la falta de personal cualificado y desajustes del mercado de trabajo, y factores demográficos como el envejecimiento de las poblaciones. Además, siguen los efectos persistentes de la crisis global: hojas de balance de las empresas débiles, condiciones de crédito más estrictas en algunos países, inversión débil, demanda escasa e incertidumbre política”.

Desde la Fundación de Investigaciones Económicas para la Argentina Moderna, señalan que se ven condiciones similares a la economía de los 90, a nivel mundial y coinciden con los economistas del MIT en que “no hay ninguna señal de que se revierta el continuo aumento de la desigualdad en los ingresos y la riqueza en todo el mundo, que amenaza la cohesión social y la dominación estable del capital sobre el trabajo».

Aunque también los economistas del FMI y Lagarde afirman que la recuperación no es completa, ya que algunos países están creciendo demasiado rápido. “En las economías avanzadas, los ingresos de la parte superior del 1 por ciento han crecido tres veces más rápido que las del resto de la población”. Y agregan: “Si nos fijamos en la desigualdad dentro de países específicos, especialmente en algunas economías avanzadas, vemos que las diferencias se acentúan y hay un aumento de la concentración de la riqueza entre los que más ganan”.

También expresan desde el FMI: «Los salarios perdidos, no logran la recuperación durante la larga depresión”. Y dicen que “si las mujeres participasen en la fuerza de trabajo en índices parecidos a los hombres, el PIB podría aumentar hasta en un 5 por ciento en los EEUU, el 27 por ciento en la India, y el 34 por ciento en Egipto, por citar sólo tres ejemplos”.

Endeudamiento

Según el análisis de la Fundación, “a corto plazo es probable un aumento de la proporción de deuda de los hogares que puede impulsar el crecimiento económico y el empleo” (las familias toman créditos). “Pero de tres a cinco años, esos efectos se invierten; el crecimiento es más lento de lo que hubiera sido de otra manera, y las probabilidades de una crisis financiera aumentan. Estos efectos son más fuertes en los niveles más altos de deuda, típicos de las economías avanzadas, y más débil en los niveles más bajos que prevalecen en los mercados emergentes”.

El tema que preocupa a los técnicos del FMI es que “la recuperación económica sea un ciclo demasiado corto para echar verdaderamente raíces, para ello sería necesario mejorar la calidad de inversión en ciencia y tecnología y desendeudar a los países, con el pago de los intereses, mientras tanto el 1 por ciento aumenta su riqueza a costa del 99 por ciento restante».

Una palabra clave del discurso de Lagarde a los poderosos e influyentes en la Universidad de Harvard era “ciclos”. Lagarde comenzó: “Por supuesto, hay ciclos estacionales como el que estamos disfrutando en este momento. Además, están los ciclos económicos. Un desafío esencial en los ciclos económicos es tratar de tener una perspectiva de lo que viene después, cuando se está en medio del ciclo”.

“Así que al FMI le preocupa que el castillo de naipes, que es la deuda del sector privado colapse cualquier recuperación económica, no por una cuestión de sensibilidad social si no por la necesidad de cobrarles los servicios”, concluyen desde la Fundación.