Emmanuel Macron triunfó en la segunda vuelta sobre la ultraderechista Marine Le Pen Y será el nuevo presidente de Francia. Macron obtuvo el 66,1% de los votos, mientras que Le Pen consiguió el 33,9%.

Durante el debate televisado previo a la elección, Le Pen calificó a Macron como “el candidato de la «globalización salvaje», mientras que él la llamó «la sacerdotisa del miedo.»

Macron ganó por amplio margen en París, pero Le Pen, con su discurso anti-globalización, arrasó en las zonas en las que la desindustrialización ha provocado alta pobreza y desempleo. La candidata derechista obtuvo el doble de apoyo que su padre consiguió en 2002, cuando se presentó a elecciones, lo que significa que la extrema derecha ya tiene un asiento fijo en el escenario político de Francia. Imaginen cómo le podría ir dentro de cinco años, especialmente si el presidente electo no cumpliera con las expectativas de los franceses.

“El cólera o la plaga”

«Macron deberá encontrar una forma de hablarle al tercio que lo rechazó. Muchos de estos votantes enojados son de pequeños pueblos y partes rurales que han perdido sus empleos, fábricas y servicios, y no ven ningún lado benigno en la globalización», explica el semanario británico The Economist.

«Algunos apoyaron a Macron -agrega- solo para mantener fuera a Le Pen. Otros se abstuvieron o dejaron sus votos en blanco, consternados por la elección entre lo que algunos llamaron ‘el cólera o la plaga’: las finanzas globales o el nacionalismo xenófobo».

Le toca ahora a Macron designar a un gobierno provisional, pero después necesitará consolidar una mayoría gobernante en el Parlamento. El 11 y el 18 de junio tendrán lugar las elecciones legislativas en Francia, para elegir a los 577 miembros de la 15a Asamblea Nacional de la Quinta República Francesa. «Una nueva elección comienza inmediatamente», dijo Pierre Vimont de Carnegie Europe a la revista Foreign Policy.

Poco sin el Parlamento

«Por muy constitucionalmente poderoso que sea el presidente francés, no puede llevar a cabo reformas sin el apoyo político del Parlamento. En Marche!, el partido de Macron, no tiene actualmente diputados electos bajo su insignia, y sacará resultados acorde a ser los recién llegados de la política», explica The Economist. Por otro lado, los republicanos sienten que les robaron su turno de gobernar y quieren dar batalla.

«En el probable caso de que el movimiento de Macron no gane por mayoría, necesitará intentar formar una coalición gobernante con la que pueda trabajar, trayendo gente de izquierda y derecha», explica Emily Tamkin, de Foreign Policy. «Siendo el empleo la principal de las preocupaciones de los votantes, Macron probablemente querrá moverse rápido para promulgar reformas que requerirán la confianza de la gente y del Parlamento por igual», agrega.

Otras opiniones

Según Domingo Soriano, del portal LibreMercardo, el programa económico con el que Macron se ha presentado a elecciones es «un modelo nórdico de manual.Socialdemocracia 2.0. Dinamarca a la francesa», escribió Soriano. Agrega que Macron es «bastante liberal en lo que refierea la legislación laboral y empresarial», pero al mismo tiempo «asegura que construirá una enorme (y costosa) red de seguridad para aquellos que pierdan el tren”.

Soriano sostiene también que Macron propone bajar un poco los impuestos (Francia es el país occidental con la presión fiscal más elevada), pero sin convertir a su país en «una nueva Suiza». El programa que presentó habla de “liberalizar la economía o flexibilizar las relaciones laborales, de reducir el papel del Estado en la vida diaria de los ciudadanos, de hacer la vida más fácil a empresas, trabajadores y autónomos”.

Las propuestas del presidente electo

Según Soriano, las principales propuestas de Macron, se resumen así:

– Menos impuestos y cotizaciones. Sustancial rebaja de las cotizaciones sociales a cargo de los asalariados y autónomos. Reducción de las cotizaciones empresariales y eliminación de las cotizaciones para las horas extra. Reducción del impuesto sobre la vivienda, el impuesto de Sociedades.

– Cambios en la administración. Macron quiere que el sector público se convierta en un aliado para el contribuyente y no en una carga, con propuestas que van desde «reconocer el derecho al error» a aquellos ciudadanos que incumplan alguna norma administrativa sin pretenderlo, a la exigencia de que todos los servicios públicos (escuelas, hospitales, tribunales), publiquen los resultados de las encuestas e informes a los que se someterán sobre la calidad de sus servicios públicos.

– Marco de relaciones laborales más flexible.

–  Apertura del subsidio de desempleo a autónomos y trabajadores que quieren cambiar de trabajo (podrán solicitarlo una vez cada 5 años).

– Ampliar la lucha contra el fraude en las prestaciones sociales.

– Nuevo método de cálculo en el sistema de pensiones para que «cada euro cotizado genere el mismo derecho a la pensión para todos».

– Cincuenta mil millones de euros de inversión. «Aquí Macron se vuelve un socialista keynesiano puro y duro. Su plan de inversiones totalizará 50.000 millones de euros, dirigidos a la industria, el sector energético, la ecología, el transporte y el campo francés.

– Sí a la Unión Europea; sí al mercado único. Sin embargo, Macron prometió luchar contra el fraude fiscal de las multinacionales y cobrarles impuestos por la actividad que generen en su país.