«Es la voluntad expresada por el pueblo» y requiere «una gran responsabilidad para garantizar el bienestar de la población del Reino Unido», dijo el papa en el avión que lo llevaba a Armenia, según la página web del Vaticano.

El papa llegó a Ereván, la capital de Armenia, a las 15H00 locales, tras un viaje de casi 2.900 km y cuatro horas de vuelo.

Al bajar del avión, el papa fue recibido por el presidente armenio Serge Sarkissian.

En la primera jornada, el papa Francisco rezará en la Catedral Apostólica de Etchmiadzin y se entrevistará con el presidente armenio.

Al final de jornada, tendrá una entrevista personal con el Patriarca supremo, Karekin II, quien guía a la iglesia Gregoriana Apostólica armenia.

Esta iglesia, mayoritaria en Armenia, se separó de Roma hace mil quinientos años.

España espera que el Brexit le permita recuperar Gibraltar

España espera que el Brexit le permita recuperar Gibraltar y propuso este viernes una soberanía compartida entre Madrid y Londres para garantizar al enclave británico el acceso al mercado interno de la Unión Europea.

«La bandera española en el Peñón está mucho más cerca que lejos», declaró el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, a la radio Onda Cero.

La decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea «abre unas perspectivas completamente nuevas sobre el tema de Gibraltar como no hemos tenido en mucho tiempo», señaló.

Este pequeño territorio de apenas 7 km2, estratégicamente situado en el estrecho que separa Europa de África, fue cedido por España a Inglaterra en 1713 en virtud del Tratado de Utrecht, al término de la Guerra de Sucesión española. Desde hace décadas, Madrid reclama que se lo devuelvan.

Los 33.0000 habitantes de Gibraltar votaron por abrumadora mayoría por la permanencia en la Unión Europea, para evitar quedar arrinconados en el peñón, cuya frontera con España ya no sería de libre circulación.

«Que no se interprete que yo celebro la salida del Reino Unido, porque no es verdad», aclaró García-Margallo.

Pero «a partir de este momento habrá que buscar qué tipo de relación quiere Gibraltar, si quiere tener acceso al mercado interior» de la Unión Europea, aseveró.

«Nuestra fórmula (…) es una cosoberanía británico-española durante un determinado tiempo» que desemboque en «una restitución de Gibraltar a la soberanía española», propuso.

En ese «periodo transitorio», los gibraltareños podrían mantener si lo desean la nacionalidad británica y un régimen económico fiscal especial, prosiguió el canciller.

Llamados a la calma

García-Margallo afirmó que una vez que se concrete el Brexit, Gibraltar «pasa a ser un tema bilateral que se negocia exclusivamente entre el Reino Unido y España», y ya no en el contexto de la Unión Europea.

La idea de la cosoberanía del Peñón ya había sido contemplada por Madrid y Londres en 2001 y 2002, pero ésta fue rechazada por los gibraltareños en referéndum.

Con su próspera economía basada en los servicios que depende en gran medida de su acceso al mercado único europeo, Gibraltar había mostrado su nerviosismo por las consecuencias del referéndum británico.

El primer ministro de Gibraltar, Fabian Picardo, llamó este viernes a la calma.

«Hemos superado retos mayores. Es tiempo de unidad, calma y pensamiento racional. Juntos y unidos seguiremos prosperando», escribió Picardo en Twitter.

Del otro lado de la frontera, los españoles que dependen de su empleo en Gibraltar también reaccionaron «con mucha preocupación y miedo», según una asociación de trabajadores españoles en el territorio británico, Ascteg.

La Línea de la Concepción, un pueblo español fronterizo con un desempleo de cerca del 40%, uno de los más altos en España, es uno de los que podrían verse más afectados.

El miedo es que se vea afectada la frontera entre Gibraltar y España, como ya ha pasado en ocasiones anteriores.

En 2013, en medio de roces entre Madrid y Londres, las autoridades españolas impusieron controles estrictos que crearon largas colas para cruzar la frontera.

El jefe del gobierno español saliente, Mariano Rajoy, intentó infundir serenidad.

«En relación con los ciudadanos españoles que trabajan en Gibraltar, tampoco han cambiado en absoluto sus derechos», dijo en un mensaje televisado Rajoy, que busca la reelección en las elecciones generales del domingo en España.