por Gonzalo Sánchez

Richard Gingras es vicepresidente de Google News. Lidera las estrategias de Google relativas al ecosistema de medios. Es una de las personas clave en el desarrollo del proyecto AMP (Páginas Móviles Aceleradas, por sus siglas en inglés), un esfuerzo por hacer que el contenido web se muestre de forma instantánea y así preservar la vitalidad y utilidad de la Web. Es además cofundador de Trust Project, un iniciativa para asegurar que al periodismo de calidad se le reconozca la credibilidad que merece. Se desempeña en medios digitales desde 1980: “Desde los tiempos en que los modems funcionaban a vapor”, suele decir.

–¿Hacia dónde va Google News?

–Vivimos tiempo fascinantes y estamos explorando las nuevas formas del periodismo. Habrá una refundación del periodismo, pero no le tocará a mi generación hacerlo, sino a la tuya. Hoy la cantidad de información de la que uno dispone para vivir es asombrosa. Mi hija tiene 28 años y de determinados temas sabe como un experto. Frente a consumidores tan informados, es claro que el periodismo tiene un verdadero desafío.

–¿Y de qué se trata ese desafío?

–De generar confianza, ofrecer buenos contenidos y entender los cambios en el ecosistema informativo.

–¿Cuáles son esos cambios?

–La gente ya no entra a las noticias a través de las home. Sólo el 25% de los usuarios accede a la homepage. Ignoran la puerta principal y llegan por el patio de atrás, es decir, por las redes sociales. Es viejo pensar un sitio a través de la home. Está sucediendo que la gente la ignora.

–-¿Quiere decir que un diario con alto valor de marca no debería preocuparse por su home?

–Desde luego que sí, pero el viaje es primero al contenido y luego al sitio. Y si llego al sitio, entonces sí ustedes podrán mostrarse como marca. El ecosistema está funcionando así. Y eso no implica que el valor de una marca potente como Clarín disminuya.

–Pareciera entonces que la clave sigue estando en el contenido.

–Es el gran punto: contenidos confiables o no. Google News no toma decisiones cualitativas, no descarta contenidos por ser dudosos. Pero trabajamos para ofrecer a las audiencias los elementos para que hagan juicios de valor.

–Meses atrás los robots de Facebook publicaron como cierta información falsa y fue un escándalo.

–Bueno, eso es lo que no queremos que nos pase. Pero nosotros hacemos otra cosa: buscamos señales para otorgar reputación a los sitios y que la gente elija.Hemos comenzado a utilizar el fact check, la verificación de datos. Buscamos distinguir qué información es falsa y cuál es verídica.

–¿Google quiere ser un juez del periodismo?

–De ninguna manera. El enfoque sigue siendo algoritmos más algoritmos. Nuestro trabajo es organizar la información y hacerla accesible. Tratar de darle a una persona que busca algo una experiencia enriquecedora y atractiva.

–¿Por ejemplo?

–Muchos sitios dicen que Obama nació en Kenia. Otros, que nació en EE. UU. Hace 40 años, si esto lo decía el New York Times nadie dudaba porque su marca alcanzaba para ser creíble. Pero hoy, frente a la cantidad de información dudosa, los periodistas deben mostrar más su expertise. Dar más elementos para que el usuario les crea y los elija.

–Muchos periodistas viven bajo estrés por el cambio de paradigma. Muchos, incluso, hablan de oficio en vías de extinción.

–En los 90, hablábamos de todo lo malo que puede ser Internet para el periodismo. Hoy, de todo lo bueno. No hay extinción, pero sí desafíos extraordinarios. La industria está bajo estrés y no queda otra que innovar. El otro día, el presidente de Le Monde me decía que está frustrado porque muchos periodistas no quieren innovar. Piensan que innovar es degradar la marca. Error. Tu periodismo debe ser mejor, más riguroso. La gente aceptará lo que hayas creado sino degradas tu periodismo.

–Pero hay algo degradado: es común hoy que los medios hagan notas sobre contenido publicado por otros, copiando y republicado.

–Algunos medios ofrecen contenido original y muchos trabajan sobre el contenido del otro. No es nuevo. El periodismo siempre fue un ejercicio de derivados. Lo que pasa es que antes la exclusividad duraba 12 horas. Y hoy solo dura 12 minutos.

–Los medios digitales están tratando de cobrar por sus contenidos, ¿Qué piensa de los muros de pago?

–Siempre esperé que la información fuera gratuita, pero los muros de pago están ahí. No toda la gente está dispuesta a pagar. El New York Times posee 1,6 millones de suscriptores y llegará a 2 millones. Pero sigue dando gratis muchos contenidos. Hay que ver qué disposición tienen las audiencias a pagar. Y por otro lado, quizás en el futuro, podría pasar que uno no se suscriba a una marca, sino a una cantidad puntual de contenidos …

–¿Cómo puede Google News ayudar a los diarios a ganar dinero?

–No solo Google News; Google puede hacer muchísimo por los publishers. Primero, ayudarlos a obtener la mayor cantidad de tráfico. Segundo, por las plataformas de publicidad. Y tenemos muchísimas herramientas para que los periodistas sean mejores.

–Suele decirse que Google espía o sabe demasiado de la gente.

– Google no espía, pero sí sabe mucho de los usuarios. Por eso podemos ofrecer servicios potentes. Pero, ¿cuánto saben las tarjetas de crédito sobre sus clientes? Muchísimo. Google es como cualquier empresa: la gente confía en nosotros y nosotros debemos garantizarle que todos esos datos jamás serán compartidos. Si el usuario no confía, Google fracasará.

– Vamos, hoy parece imposible un mundo sin Google.

–Me encantaría que así fuera, pero hay otros motores de búsqueda. Nuestros competidores están a un click. Debemos seguir ganándonos la confianza de las audiencias.

–¿Qué es mejor negocio: producir contenidos o distribuirlos?

–Son negocios distintos. Para mí es más importante la producción, donde todo comienza. Pero también debo decir que la distribución también es importante. Un diario que crea un contenido de calidad, se equivoca si impide compartirlo, aún si funcionara con paywall.

–Muchos editores en todo el mundo reclaman una compensación a Google por usar sus contenidos, ¿Podría pasar esto en la Argentina?

–Un viejo debate. En España una ley obligaba a Google News a pagar un arancel. Google no aceptó pagar y el servicio se bloqueó. Fue malo para la Web y malo para los medios. ¿Qué ocurrió? Aumentó el tráfico de Internet y decreció el tráfico de noticias. Hoy son los editores los que más lamentan haber apoyado esa ley. Hay que tener cuidado con estos escenarios, porque todos podemos ser perjudicados. El periodismo y Google deben hacer una buena pareja.