Finalmente hubo acuerdo entre el Estado provincial y la Nación por la llegada de Gendarmería a la provincia. En dicha reunión, se trató un convenio para el envío de gendarmes para combatir el delito y el narcotráfico en la provincia. De la reunión, también participaron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich y de Interior, Rogelio Frigerio.

A pesar de que no se puntualizó la cantidad de efectivo que llegarán al territorio santafesino, en conferencia de prensa, el gobernador de Santa Fe se mostró conforme con el contenido de la reunión. Lifschitz confirmó que los gendarmes permanecerán en la provincia hasta el 31 de diciembre de 2017. «Por lo tanto, es un plan a mediano plazo», enfatizó. A su vez, destacó que los efectivos trabajarán en toda la provincia, aunque teniendo en cuenta las urgencias en cada sector.

El gobernador manifestó: «Creo que el cambio sustantivo no tienen que ver con el numero sino con la coordinación. Antes era descoordinado entre las fuerzas y entre los gobiernos. Por lo tanto, los recursos se terminaban desperdiciando. Ahora va a haber una coordinación estratégica y operativa«.

Por su parte, el ministro del Interior Rogelio Frigerio estableció: «Tenemos un gravísimo problema con el narcotráfico. Y por primera vez estamos trabajando como un equipo. Celebramos que después de muchos debates podemos llegar a un acuerdo consensuado para solucionar los problemas concretos de la ciudadanía en materia de seguridad».

En la conferencia también se comunicó que cada tres meses se realizarán informes al respecto, que servirán para conocer la evolución de la situación y las medidas que puedan hacer falta para el futuro.

El acuerdo estipula un trabajo conjunto entre el gobernador, la ministra de Seguridad de la Nación y el ministro provincial Maximiliano Pullaro. Aunque Bullrich no dio mayores precisiones. «Habrá distintas tácticas que no vamos a hacer públicas”, expresó la funcionaria nacional.

Macri y Lifschitz se vieron las caras luego de que el presidente dijo que el gobernador «es el que tiene menos vocación para coordinar y trabajar en equipo» y el socialista se declarara «sorprendido» por tal acusación y dijera al jefe de Estado «le molesta la existencia del Frente Progresista».