La Justicia comenzó a analizar 3.500.000 llamados en torno a la desaparición del financista Damián Stefanini, visto por última vez en octubre de 2014, y se evalúa tanto la hipótesis del
homicidio como de una huida voluntaria.

La investigación avanza en torno a las comunicaciones que se produjeron el 17 de octubre de 2014, día en que fue visto por última vez cuando se dirigía a la casa de su contador en la
localidad de Florida, partido de Vicente López, así como varios días antes.

Ante la sospecha de que pudiera haber sido seguido con anterioridad a su desaparición, el fiscal federal de San Isidro Fernando Domínguez lleva adelante el estudio con la colaboración
de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), dependiente del Ministerio Público Fiscal.

La investigación comprende la hipótesis de una huida voluntaria de Stefanini y por ello, incluso, durante los últimos meses una comisión de Interpol se presentó tanto en un predio
de Paraguay así como en Brasil, donde algunos rumores indicaban que podrían haber sido el destino del financista.

La otra hipótesis que maneja el fiscal es la del homicidio: desde hace semanas comenzaron a revisar tanto las morgues como los cementerios de la provincia de Buenos Aires ante la posibilidad de un final trágico.

Pero ante cada paso un problema y en la investigación se encontraron con dos o tres cuerpos que en un cementerio habían sido sepultados bajo una misma identidad, o bien unos pegados a
otros, con lo cual se entremezclaban los ADN.

También desde hace meses el fiscal Domínguez analiza el entorno de negocios del financista, como sus socios y el empresario Hugo Schwartz, con quien estaba asociado en la construcción al menos de una embarcación.

En tren de investigar a los empresarios cercanos a Stefanini, el fiscal ya dio por acreditado el depósito por 150 mil dólares que éste hizo en una cuenta bancaria atribuida a Nisman en
Estados Unidos y por la cual la madre de éste, su hermana y el empleado Diego Lagomarsino son investigados por presunto lavado de dinero.

Stefanini viajó a China junto al empresario Claudio Picon (dueño de la camioneta que usaba Nisman hasta su muerte), lo que el fiscal acreditó por los movimientos migratorios así como por
testimonios recolectados.

Pese a los contactos que unen a Stefanini con el fiscal Nisman, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de este último y a cargo de la causa por la desaparición del primero, rechazó excusarse de la causa.

Incluso, fue sostenida por decisión de la Cámara Federal de San Martín a donde el fiscal Domínguez llegó con el planteo de recusación.