Por Luz Marina Fornieles Sánchez

Desde tiempos inmemoriales devino lugar de encuentros y desencuentros, que cual imán atraía la mirada codiciosa de sus vecinos. Marinera, vetusta y moderna a la vez: La Habana posee un encanto casi indescriptible y muchos coinciden- y no solo los citadinos-, en que quien no la conoce, entonces no conoce a Cuba.

Tras intentar sustentar esas aseveraciones, muchas fueron las alabanzas y argumentaciones de los encuestados por mi acerca del tema, que ha inspirado a poetas, músicos, políticos y a simples enamorados de su urbe capital, como un anciano, quien sin pensarlo dos veces, me dijo: “La Habana…es La Habana…”

es una ciudad bulliciosa (más de 12 mil habitaciones en unos 70 hoteles) con playas de calidad a escasos 15 minutos de su centro, pero no solo tiene atributos para la más convencional de las modalidades del ocio; sino que igual ha devenido excelente plaza para sede de eventos, congresos, incentivos y actividades afines.

Con casi cinco siglos acumulando historia, esta urbe, en particular su Centro Histórico, constituye en conjunto una de las más bellas localidades iberoamericanas.

UNA HABANA DIFERENTE

De ese museo viviente, los turistas pueden recorrerlo y recordarlo todo.  A los viajeros de este nuevo siglo se les presenta esta capital como una Habana diferente, nueva, emergida sobre las ruinas, restaurada ante el paso inexorable de los años.    La memoria histórica se remonta a casi cinco centurias atrás.

Muchos son los lugares que distinguen a tales dominios citadinos: el Castillo de los Tres Reyes del Morro, el de la Real Fuerza, la Catedral de La Habana,  el malecón habanero, el Capitolio y la estatua del Cristo de La Habana, por solo mencionar los más descollantes. caterdral-habana

La Habana verá pasar en breve un año más (fue fundada el 16 de noviembre de 1519), mientras sus calles de adoquines y sus sitios históricos continúan deleitando a visitantes extranjeros e, incluso, a sus mismos habitantes que descubren en paisajes ya frecuentados, otras realidades.

Descrita por el barón prusiano Alejandro de Humboldt, considerado el segundo descubridor de Cuba, como “una de las ciudades más pintorescas de América”, con el transcurrir del tiempo  otras personalidades, foráneas y autóctonas, la  encuentran hoy tan hermosa como antaño, vestida con el barroquismo secular de la madera, los vidrios, los enrejados y sus muchas columnas, en una comunión de estilos extendidos también al neoclásico y el eclecticismo.

Poseedora de un gran caudal de historia, cultura y tradición, La Habana  es el destino cultural por excelencia de la mayor de las Antillas.

El Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway, afirmaba que, en belleza, solo la superaban Venecia y París. Otras firmas autorizadas la describen como una localidad abierta, alegre y desprejuiciada que sabe, sin embargo, vivir su propia vida interior.

San Cristóbal de La Habana, nombre primigenio que data de la colonia,  atesora múltiples atractivos en su condición de destino turístico: infraestructura hotelera y extrahotelera,  balnearios de calidad al Este, una arquitectura colonial de genuinos valores y numerosos sitios de recreo. En ella se concentran los grandes hoteles-  Nacional,  Meliá Cohíba y  Habana Libre-, los cabarets más rutilantes- Tropicana y el Parisién- y los más afamados restaurantes (El Floridita y la Bodeguita del Medio).

En la capital cubana asimismo el turismo de eventos crece. Se asevera que el 10 por ciento de sus visitantes vienen con tales motivaciones, combinadas in situ con un descanso activo. Por otra parte, la náutica y la salud ofrecen ventajosos programas para su desarrollo.   También se puede disfrutar de clubes, marinas, parques recreativos, museos, teatros, complejos deportivos y de excursiones y recorridos dentro y fuera de sus límites geográficos.  La generalidad de las modalidades turísticas encuentra espacio dentro de este polo.

Tan relevante destino local dispone de una empleomanía que supera los 30 mil; en tanto sus aportes financieros representan el 33 por ciento de los ingresos totales del giro a nivel nacional, de acuerdo con fuentes oficiales consultadas.

Cuba está conectada con más de 40 ciudades del mundo mediante más de un centenar de líneas aéreas y mantiene en funcionamiento 10 aeropuertos internacionales, de estos el más importante y moderno el de  La Habana; en tanto la conexión por mar se establece gracias a numerosas marinas, entre éstas las capitalinas Tarará y Marina Hemingway.

Y entre las proyecciones se auguran novedades en materia de infraestructura (más hospedajes y nuevos campos de golf), así como la futura transformación de la bahía habanera en un extraordinario puerto turístico, que se consolidará como uno de los más relevantes destinos de la región en la modalidad.

Considerada con justeza la capital de todos los cubanos,  La Habana, los espera y así podrán admirar por sí mismos sus esfuerzos por rejuvenecerse. Todo no es perfecto, pero sí susceptible de mejorar y hacia ahí van los deseos de todos aquellos que amamos a esta localidad, ganadora hace poco de la condición de ser una de las siete Ciudades Maravillas del Mundo Moderno.

  EL TURISMO SIGUE EN ASCENSO…

La Antilla Maryor está acercándose  a la recepción de los cuatro millones de turistas (en 2015 fueron 3,5 millones) y para conseguir esa meta la ínsula sigue apostando fuerte por su mercado líder:   Canadá, de donde proviene la mayor parte de los vacacionistas que la visitan. Le siguen, por orden, la comunidad cubana en el exterior y Estados Unidos (61,2 % de crecimiento, a pesar de la persistencia del bloqueo que impide a sus nacionales hacer turismo en la vecina Isla al sur); Inglaterra, Alemania, España, México, Italia, Argentina y Francia. habana-playa

Este destino caribeño cuenta con algo más de 60 mil habitaciones en las regiones de La Habana, Varadero, la cayería Norte de Villa Clara,  Jardines del Rey, Holguín, Santiago de Cuba, Cayo Largo y Santa Lucía, entre las más relevantes áreas turísticas del país y cuyo desarrollo está priorizado.

Más del 50 por ciento de los turistas arriban a la nación por La Habana, la puerta de Cuba al mundo; y ahí mismo, desde el impacto visual primario, sumada la idiosincrasia del cubano, comienza a gestarse entonces el ajiaco de sentimientos que la capital antillana despierta en sus huéspedes, esos mismos que, sin haberse puesto de acuerdo con mi longevo entrevistado, confirman totalmente conquistados: La Habana es…La Habana.