Por Andrea San Esteban

El 17 de agosto de 1989, el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, sancionaron la ley 23.696, llamada Ley de Reforma del Estado, con anuencia de ambas Cámaras declarando un estado de “Emergencia Administrativa”, que sostenía en su articulado:

Artículo 1º.- “. Declárase en estado de emergencia la prestación de los servicios públicos, la ejecución de los contratos a cargo del sector público y la situación económica financiera de la Administración Pública Nacional centralizada y descentralizada, entidades autárquicas, empresas del Estado, Sociedades del Estado, Sociedades anónimas con participación Estatal Mayoritaria, Sociedades de Economía Mixta, Servicios de Cuentas Especiales, Obras Sociales del Sector Público bancos y entidades financieras oficiales, nacionales y/o municipales y todo otro ente en que el Estado Nacional o sus entes descentralizados tengan participación total o mayoritaria de capital o en la formación de las decisiones societarias”.

Entiéndase que esta ley formó parte de un collar de leyes, que dejó miles de trabajadores desocupados y pueblos fantasmas, permitió la privatización de casi todas las empresas estatales y la fusión y disolución de diversos entes públicos, como YPF, ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas y las empresas de agua, luz y gas.
Por aquel entonces el ministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi expresaba obscenamente, «Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado”.

Allí se sostenía la “necesidad” de flexibilizar la vida económica y social de los argentinos, situación que hoy se recuerda con preocupación cuando se ve peligrar la estabilidad de ciento de miles de personas.

Debate Global

La OIT plantea la necesidad de discutir la calidad y la forma del trabajo que queremos y para eso llama a un encuentro el 6 y 7 de abril de 2017, en la sede de OIT (organización Internacional del Trabajo), bajo el lema, “El futuro del trabajo que queremos: un diálogo global”.

El Director General de la OIT, Guy Ryder, lanzó “La iniciativa sobre el futuro del trabajo” y creó una unidad específica en la Oficina. Bajo la idea de, “necesitamos saber a qué atenernos para lanzar una agenda de trabajo a futuro”.

Trabajo esclavo

Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional (CSI), propone que parte del debate, deberá ser la necesidad de fortalecer los sindicatos, “es necesario esclarecer la afiliación y capacitando a los afiliadores sindicales a fin de que adquieran las competencias y la capacidad estratégica indispensables para ayudar a los trabajadores a sindicarse”. En 2016, la Academia de Organización de la CSI capacitó, en total, a 539 organizadores de unos 50 países, 140 de los cuales se centraron específicamente en los trabajadores jóvenes.

“Hemos podido denunciar el escándalo en 50 de las mayores empresas del mundo que emplean un 94% de mano de obra oculta sin relación directa con la multinacional propiamente dicha y cuyos directores generales no admiten su responsabilidad hacia las personas que generan la riqueza para los accionistas “sostiene la Secretaria General. Un número cada vez mayor de multinacionales y sus directores, asumen la explotación, flexibilidad e incluso la esclavitud de sus trabajadores.