Federico Lorenz, director del Museo Malvinas bajo la administración de Mauricio Macri, planteó la necesidad de establecer un abordaje integral e inteligente de la cuestión que involucra a las islas, al punto de advertir que a los argentinos «nos falta un debate profundo sobre lo que queremos con Malvinas».

«Supongamos que el lunes que viene recuperamos las Malvinas. ¿Qué hacemos? A mi criterio falta en términos históricos ver en el largo plazo cómo se fue ocupando esa región», remarcó Lorenz, licenciado en Historia, doctor en Ciencias Sociales e investigador adjunto del CONICET en una entrevista con NA.

También, cuestionó el hecho de haber ubicado a los isleños en el rol de víctimas, en sintonía con la estrategia británica de justificar la ocupación sobre la base del derecho de autodeterminación de los pueblos: «Si nosotros somos en la práctica David no podemos hablar como si fuésemos Goliat, retóricamente eso es un contrasentido», remarcó.

El Museo Islas Malvinas fue inaugurado en 2014 por la entonces presidenta Cristina Fernandez. «Por eso existe una apropiación del lugar por parte del kirchnerismo de que esto es una institución de Cristina, mientras que para los antikirchneristas este era un problema. Como sea, el museo esta en el medio», señaló.

Buscando despojar su puesto de esa politización, agregó: «Cuando asumí hace un año lo hice entendiendo que Malvinas era una causa nacional, con una carga simbólica muy importante que remite a la cuestión de la guerra, pero también entendí que el gran desafío era pensar el tema de las islas como la puerta de entrada para mirar descentradamente el país, desde el mar hacia adentro más que de la tierra hacia el mar».

El investigador de la cuestión Malvinas recibió una beca Guggenheim para indagar sobre esa experiencia bélica, y realizó un balance  de lo que fue la diplomacia argentina en relación al tema Malvinas desde 1983.

“Lo dividiría en dos planos. La cuestión diplomática formal y una cuestión que tiene que ver más con la retórica. Es poco lo que pudimos hacer en el largo plazo para torcer la situación de status quo que claramente favoreció a los británicos. Primero hay que tener en cuenta que siempre hubo presencia militar británica en Malvinas. Lo que produjo la guerra de 1982 es que haya más bases militares en la zona. En ese contexto la diplomacia argentina lo que intentó fue retomar el sendero de las negociaciones y lograr que el plano económico y la explotación de los recursos no fuese tan unilateral y mientras avanzar en la satisfacción del reclamo”, indicó Lorenz.

En ese sentido, profundizó que se “puede ver una época de bastante acercamiento en términos económicos en los años 90. Durante el kirchnerismo uno vio una especie de endurecimiento de las relaciones pero a la vez   una construcción importante de apoyatura regionales. Buena parte de nuestra retórica fue en contra de quienes habitan las islas con lo cual hemos favorecido ese mecanismo británico. Si nosotros somos en la práctica David no podemos hablar como si fuésemos Goliat, retóricamente eso es un contrasentido”.

“Nos falta mucha discusión acerca de qué queremos con las Malvinas y qué significa este territorio, más allá de los que simbolizaba hasta 1982. Supongamos que el lunes que viene recuperamos las Malvinas. ¿Qué hacemos? A mi criterio falta en términos históricos ver en el largo plazo cómo se fue ocupando esa región. A la vez tenemos que revisar cosas que se habían hecho antes para aprender de nuestros aciertos y nuestros errores. Mientras nosotros no hagamos eso vamos a estar entrampados en una lógica que no nos favorece”, agregó.

En relación a la polémica que se suscitó con el mapa realizado por el Ministerio de Desarrollo Social donde no se incluye la Islas Malvinas, el historiador comentó que “no creo que haya sido intencional, aunque más no sea por mero pragmatismo nadie haría eso. Por supuesto que es grave que un documento de un organismo público argentino omita a las islas en un mapa. No ha sido ni la primera ni la última vez que se haya cometido errores de ese tipo”.