El titular de la Cámara de Almaceneros de Rosario, Juan Milito, se manifestó preocupado por la merma de consumo que promedió un 30% en los almacenes, autoservicios y minimercados de la ciudad.

Según Milito, la baja comenzó con gradualidad y llegó a estos porcentuales luego de producirse la devaluación de la moneda que impactó fuertemente sobre el salario, los tarifazos y la inflación, y agregó que «esto también ocasionó una actualización de las listas de precios recibidas».

Para el almacenero, la tendencia se da tanto en el macro centro con un 20%, como en los barrios de la ciudad en los que midió un 30%.

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«La baja del consumo en lácteos y derivados, como los quesos y yogures se da porque el incremento ha sido de 40%», precisó el representante de los almaceneros.

Por otra parte, también destacó que «se produjo una fuerte alza en el aceite y la harina, impactando negativamente en los sectores populares».

Consultado por Conclusión, si es cierto que hay un desplazamiento de compra hacia segundas marcas contestó: «no tanto porque prácticamente este fenómeno no se da, ya que las principales firmas que las producen ya no están tan diversificadas en los procesos productivos».

Y agregó sobre esto último que este fenómeno se puede generar porque «hay industrias más pequeñas que producen productos similares y que por su estructura de costos salen al mercado a comercializar su producción, pero esto se da regionalmente, por no tener la misma escala productiva».

Respecto de aquellos productos que sufren merma en la compra por ser estacionales como  las gaseosas y fiambres, dijo que «comparado con igual mes del año pasado el porcentual del 30% menos también se registra».

Para Milito, «la diferencia, que no es muy marcada se da en los productos de limpieza, pero no es tan notoria la diferencia entre unos y otros, llegarían a no más de dos pesos», especificó.

El titular de almaceneros, dijo respecto de que se registren futuros cierres en comercios del ramo que «se han registrado algunos, pero no deja de preocupar porque los comerciantes cuentan con un stock y no están con deudas, pero que en lo inmediato los efectos de la crisis se van a ver en las estanterías y góndolas. Y tampoco hay muchas esperanzas, porque la tendencia no se está revirtiendo».

Las bocas de expendio afectadas son alrededor de 5.000 en toda la ciudad.