La selección francesa de fútbol desfiló por los Campos Elíseos de París, en un verdadero carnaval del que participaron cientos de miles de fanáticos que festejaban el título mundial obtenido en Rusia.

El capitán Hugo Lloris, con el trofeo en la mano, y el seleccionador Didier Deschamps salieron los primeros del avión. Fueron recibidos por la ministra de Deportes, Laura Flessel, mientras el personal del aeropuerto cantaba «Merci les Bleus» (Gracias azules).

En un autobús decorado con dos estrellas y con la mención «Campeón del mundo» se dirigieron hacia los Campos Elíseos. Allí, cerca del Arco del Triunfo, transbordaron en el colectivo descubierto con el cual recorrieron la emblemática avenida tal como hicieron hace 20 años, el 13 de julio de 1998, los Bleus campeones del Mundial organizado por Francia.

Después del desfile, los Bleus serán recibidos por el presidente Emmanuel Macron en el Palacio del Elíseo, antes de que los jugadores se dirijan al Hotel Crillon, en la plaza de la Concordia, para continuar la fiesta.

Macron y su esposa Brigitte, presentes en el palco del estadio Luzhniki en Moscú el domingo, ya pudieron felicitar a los jugadores en el vestuario.

Desde el mismo Elíseo se anunció este lunes que los jugadores serán condecorados, en una fecha a determinar, con la Legión de Honor por los servicios prestados al país, como ya ocurrió con los integrantes de la selección que ganó el Mundial en 1998.

Con su título en Rusia, el equipo demostró que ha superado su derrota en la final de la Eurocopa de 2016 en París.