-Por Silvina Dezorzi

El fin de semana largo funcionó como una pequeña muestra del escenario que enfrentan los taxis por la caída de viajes: la lluvia del sábado vació las calles incluso durante la noche y recién el domingo hubo un repunte de la actividad, producto de que empezó la época del año en que proliferan las despedidas, graduaciones y agasajos empresarios.

Pero ayer, feriado, volvió la malaria. «Anduve toda la mañana para levantar un solo viaje», graficó el titular de la Asociación de Titulares de Titulares de Taxis (Atti), Mario Cesca, convencido de que «hoy por hoy» se cambia «tarifa por trabajo».

Es tan fuerte la crisis, aseguran, que el tesorero de la cámara Catiltar, José Iantosca, se ilusiona, en clave de ironía, con la posibilidad de que «durante enero y febrero los rosarinos no salgan de vacaciones y al menos cada tanto tomen un taxi».

Los choferes coinciden: «En esquinas clave como la de los shoppings tenés colas de 10 o 15 autos esperando pasajeros», sostuvo el secretario adjunto del gremio, Horacio Yannotti.

El panorama que pintan tanto los dueños de los taxis como los peones que los conducen es crítico. Aseguran que la caída de un 30 por ciento en los viajes que se desencadenó durante enero pasado nunca repuntó.

«El parate con el trabajo arrancó por entonces, pero no levantó nunca más y duró todo el año», afirmó Cesca.

Para el dirigente, pese a que la última actualización de la tarifa (de poco más de un 30 por ciento), en mayo pasado, quedó muy por debajo del 65 por ciento de «atraso» con el que venían, un nuevo incremento en los valores por ahora sería «impensable».

«La verdad es que hasta la apertura de las próximas paritarias no podemos pedir absolutamente nada: estamos cambiando tarifas por trabajo.