La canciller alemana, Angela Merkel, confió en sellar un acuerdo entre su bloque conservador, los verdes y los liberales para formar una coalición de gobierno, aunque admitió que es «tarea difícil» por las «serias diferencias» en temas como inmigración, cambio climático y políticas fiscales.

Tras las elecciones del 24 de septiembre, los tres bloques comenzaron a hablar de una posible coalición y acordaron consensuar un documento base para enfrentar al avance de una ultraderecha que ganó escaños y que se instaló como tercera fuerza política.

«Todos los partidos que participan en las negociaciones deben tener presente que el éxito conjunto puede suponer algo muy importante para nuestro país en un tiempo de gran polarización», señaló Merkel, focalizada en los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD).

La líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) dijo hoy que aún ve «grandes diferencias» entre los futuros socios – los liberales (FDP) y los ecologistas de Los Verdes- . Sin embargo, sostuvo: «Creo que se puede lograr».

«Espero que exista la voluntad para lograr un acuerdo. Tenemos la responsabilidad de que así sea. Y me encargaré de contribuir a ello», indicó.

Las diferencias más notables se dan en temas como la acogida de refugiados y el derecho a la reagrupación familiar, al medio ambiente -impulsado de los Verdes-, el transporte -donde la la Unión Cristianosocial (CSU) quiere imprimir su sello- o política fiscal, ya que los liberales aspiran a ocupar el Ministerio de Finanzas.

«Hoy es el día en el que debemos también ponernos en la posición de los otros y preguntarnos qué es importante para ellos», apeló la canciller.

Si bien auguró que las negociaciones se prolongarán durante horas, no quiso pronosticar un cierre, pero puso un manto de esperanza de alcanzar un pacto para arrancar la llamada coalición «Jamaica», por los colores de los partidos con la bandera de ese país.

En caso que fracase la idea tripartita, Merkel tendría dos opciones: un gobierno en minoría con la inestabilidad que eso conlleva o convocar de nuevo elecciones generales, algo que quiere evitar a toda costa.