La policía paquistaní detuvo hoy a nueve personas por su presunta implicación en el atentado con bomba del sábado que causó 24 muertos y 87 heridos en un mercado de la localidad de Parachinar, en el cinturón tribal del noroeste de Pakistán.

«Nueve sospechosos han sido arrestados y llevaremos a cabo más detenciones en las próximas horas», dijo el representante del Gobierno central en la zona, Shahid Ali Khan, e indicó que siete de los detenidos fueron capturados ayer y los dos restantes hoy, aunque no detalló si pertenecen a grupos terroristas.

El funcionario oficial informó también que hay una investigación en curso y que desconocen la organización que se encuentra detrás del ataque en el que se utilizó una bomba activada por control remoto.

La cantidad de muertos en la explosión que sacudió a primera hora de ayer el mercado Eidgah de Parachinar, aumentó a 24, después de que hoy fallecieran dos de los heridos que estaban hospitalizados.

Los medios paquistaníes se refirieron a diferentes reivindicaciones del ataque por parte del principal grupo islamista del país, Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), y la organización de vocación sectaria Lashkar-e-Jhangvi (LeJ).

Parachinar, zona de mayoría chiíta, es escenario habitual de actos violentos por parte de la insurgencia sunita y en diciembre de 2014 una bomba acabó con la vida de 22 personas en ese mismo mercado.

Cabe remarcar que en 2014 Pakistán realizó una operación militar en las zonas tribales que llevó a una reducción significativa de las acciones insurgentes, en un operativo que ha causado la muerte, según el Gobierno, de 3.500 supuestos terroristas, cifra que no se ha podido verificar de forma independiente, y ha provocado el desplazamiento de un millón de personas.

A pesar de la mejora en la seguridad, continúan produciéndose ataques de envergadura, como la matanza de 72 abogados en un hospital de Quetta (oeste del país) en agosto pasado y la muerte de 62 cadetes en una academia policial de esa misma ciudad en octubre.