Preocupados y desconfiados

Partiendo de la convicción de que este es un gobierno para los ricos, casi nadie cree que la reforma laboral genere empleo, la previsional mejore las jubilaciones y la impositiva haga que los que más tienen paguen más. La caída en el nivel de vida.

Preocupados y desconfiados

Pasadas las elecciones, el ciudadano común volvió a la vida “normal” con una enorme preocupación por la situación económica y una gran mayoría –siete de cada diez – manifestando que no se llega a fin de mes y el gobierno beneficia a los más ricos (ver aparte). En ese marco, estallaron las propuestas de reforma jubilatoria, impositiva y laboral. Y lo más llamativo es que pese al buen resultado electoral de Cambiemos la gente reafirma su desconfianza y su rechazo. Seis de cada diez dicen que la reforma impositiva no los beneficiará y la casi totalidad –nueve de cada diez personas– dicen que los que más impuestos pagan son la clase media y los sectores de menos recursos. Una enorme mayoría también opina que la reforma laboral y la reforma impositiva mejorarán las ganancias de las empresas, frente a una nítida minoría que cree que crearán trabajo. Para colmo, está extendido el diagnóstico de que el nuevo cálculo de los aumentos para los jubilados será perjudicial para la llamada clase pasiva. Seis de cada diez personas afirman que los jubilados están hoy peor que hace dos años.

Las conclusiones surgen de  una amplia encuesta nacional, realizada en forma exclusiva para PáginaI12, por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1500 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. La encuesta fue telefónica y se terminó de procesar el viernes.

Los comicios no diluyeron la mirada de fondo de la mayoría de los argentinos respecto de que la administración de Mauricio Macri gobierna para los empresarios y los sectores de mayores recursos. Eso es lo que crea la enorme desconfianza respecto de las reformas propuestas en los últimos días.

 

“Los desasosiegos que surgen como producto de la economía –explica Bacman– vuelven a hacerse presentes. Dos indicadores son más que elocuentes: para siete de cada 10 argentinos cada día hay más gente que le cuesta llegar a fin de mes y la opinión de que este es un gobierno que se preocupa más por la clase alta sigue presente en el imaginario de casi seis de cada diez argentinos. Un valor que se repite de manera constante desde que Cambiemos asumió la presidencia”.

Trabajo

Por supuesto que los rechazos respecto de la reforma laboral son categóricos. “No debe esperarse cambio alguno en las expectativas de la sociedad con respecto a esta reforma –insiste el titular del CEOP–. Los únicos que se terminarán beneficiando son las grandes empresas se convierte en el principal concepto internalizado. Vuelve a hacerse presente el hilo conductor que relaciona a la totalidad de los datos obtenidos: para cinco de cada diez, las que en definitiva se favorecerán con la reforma son las grandes empresas, que además podrán incrementar de manera notable sus ganancias. Eso opina el 63,6 por ciento. Tan solo uno en diez contesta que los beneficiados pueden ser los trabajadores en relación de dependencia y apenas un 26,8 expresa su esperanza de que la reforma aumente la oferta laboral”.

 

Está instalada la idea de que se busca imponer una flexibilización laboral, el banco de horas que le da enorme poder a la empresa y liquida las horas extras, así como un supuesto fondo para la propia indemnización de despido del trabajador. Para Bacman, “todo eso enciende alarmas fuertísimas, en tanto y en cuanto es la memoria colectiva la que se pone en alerta. Lo menos esperado, lo que remite a uno de los efectos indeseados de la convertibilidad de los noventa, vuelve a impactar en el imaginario colectivo. En síntesis, los argentinos se perciben lejos de estas reformas. No creen que los beneficie ni les vaya a cambiar un ápice su vida cotidiana”.

El resumen es categórico: el 64 por ciento dice que la reforma laboral lo beneficiará poco y nada a corto y a mediano plazo. Apenas el 26 por ciento piensa que le puede resultar beneficioso.

Impuestos

Respecto de la reforma impositiva, la base de las opiniones sigue siendo la misma. “En realidad el combo es complejo –señala Bacman–: más de la mitad de los entrevistados (54,7 por ciento) muestra su convencimiento que esta posible reforma impositiva sólo servirá para aumentar las ganancias de las grandes empresas. Razonamiento más que lógico, si se tiene en cuenta que la mayoría sigue pensando que esta gestión favorece a los sectores sociales más acomodados”.

Desde ya que la amplísima mayoría de los encuestados piensan que el peso de los impuestos recae en la clase media y los sectores de menores recursos. Se parte de una situación concreta en que la mayoría dice que no llega a fin de mes y en ese cuadro entran las tarifas e impuestos que juegan un enorme papel en la economía familiar.

 

En el trasfondo también está la percepción de que hay privilegiados: enormes negocios financieros en los que se pagaron y se pagan impuestos mínimos y además gigantescos escándalos con los millones que fueron apareciendo en paraísos fiscales como en los Panamá Papers y ahora en los Paradise Papers, producto –como mínimo– de evasión impositiva. La frutilla del postre son las rebajas en las retenciones y las increíbles cifras que aparecieron en el blanqueo, también fruto de la evasión. “Los sectores más bajos de la pirámide social, sienten que con relación a lo impositivo, son los que siguen poniéndole el cuerpo a las balas”, concluye Bacman.

Tensión

“Desde el punto de vista ideológico –redondea el titular del CEOP–, esta reforma, si se aprueba así como ha trascendido, no hará más que seguir tensando la cuerda que divide a los argentinos. La actual gestión se enfrenta a una situación que con el correr de los meses se le puede venir en contra. Es cierto que cuenta con el apoyo incondicional de los argentinos que pertenecen al segmento de los oficialistas. Pero es cierto también, que si la situación que hoy se detecta se mantiene o profundiza, corre el riesgo que en el camino se queden muchos independientes que ya están frunciendo el ceño y lo fruncirán todavía más si ven que, en la economía, los beneficiados son siempre los mismos”.

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