Rudolph Giuliani, el ex alcalde de Nueva York, es el favorito en la carrera para convertirse en secretario de Estado del presidente electo Donald Trump, aunque también se baraja el nombre del ex embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, según informó hoy The Wall Street Journal.

Según fuentes citadas por medios locales, Giuliani es «la primera opción» y Trump tomará su decisión en las próximas semanas para elegir a quien dirija la diplomacia estadounidense.

Así lo confirmó un alto funcionario del entorno de Trump que habló desde el anonimato porque no tiene autorización a revelar su nombre, y aseguró que el puesto será del ex alcalde de Nueva York «si él así lo desea».

Giuliani fue uno de los asesores que más cerca estuvo de Trump cuando el entonces candidato presidencial republicano visitó México el 31 de agosto, y fue una de las personas a las que citó expresamente en el discurso que pronunció tras ganar los comicios.

El ex alcalde fue un férreo defensor del magnate durante la campaña, incluso en sus horas más oscuras, como cuando salieron a la luz las decenas de denuncias de acoso sexual.

«Es hora de hacer que Estados Unidos sea seguro de nuevo. Trump es un agente de cambio y es el líder que necesitamos para lograrlo», dijo durante su discurso en la Convención Nacional Republicana.

Rudolph William Louis «Rudy» Giuliani III, de 72 años, se desempeñó en los 80 como fiscal general del distrito de Nueva York, pero el político fue famoso en buena parte del mundo por su campaña de reducción del crimen en la ciudad de Nueva York, que dirigió como alcalde entre 1994 y 2001 y fue muy reconocido por su trabajo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

En 2002 comenzó a trabajar en el sector privado, aunque coqueteó muy de cerca con las candidaturas republicanas. Su nombre estuvo presente en las presidenciales de 2008 y fue considerado un potencial candidato para la gobernación de Nueva York en 2010.

También sonó su nominación presidencial republicana en 2012, pero el ex alcalde prefirió declinar y quedarse al frente de sus empresas de seguridad, financieras y de servicios legales.

Si bien la semana pasada se jactó de tener la energía para reemplazar a la fiscal General Loretta Lynch -«probablemente no hay nadie que conozca mejor al Departamento de Justicia que yo», le dijo a la CNN- hoy su nombre suena fuerte para ocupar el rol de Hillary Clinton durante la segunda administración de Barack Obama.