De los seis conglomerados bonaerenses abordados en el reciente informe del Indec sobre la incidencia de la pobreza e indigencia, la Región Capital de la provincia es la única que exhibe un aumento en el número de pobres durante el primer semestre de 2017 y en comparación a la segunda mitad de 2016, pasando del 24,2% al 30,8% (264.947 personas), aunque dentro de ese porcentaje, se registró una merma en la cantidad de indigentes en el Gran La Plata: de un 4,8% al cierre del pasado año, bajó a un 3,7% (32.306 personas).

En lo que refiere al conglomerado más populoso de la provincia, el Gran Buenos Aires, la pobreza bajó dos puntos: de 34,6% en el segundo semestre de 2016 a 32,6% en la primera mitad de 2017, lo cual representa 3.887.000 personas. Sin embargo, dentro de ese conjunto, la cantidad de indigentes subió de 7,5 a 8,2% (971.532 personas).

Otro centro urbano de peso en el territorio bonaerense que mostró un aumento en su tasa de indigentes fue Mar del Plata, al pasar de un 5,8 al 6% (37.614 personas), aunque la ciudad balnearia logró reducir el porcentaje de pobres: de un 26,9 en 2016 a  23,8% (148.962 personas) en el primer semestre de 2017.

Pasando a los restantes conglomerados, en Bahía Blanca la pobreza bajó: del 23,4 al 20,8% (64.245 personas), mientras que, dentro de ese número, el segmento de indigentes también se redujo: del 6,5 al 4,6% (14.213 personas).

En la región que el distrito bonaerense de Carmen de Patagones comparte con la capital rionegrina, Viedma, la pobreza mermó del 38,4 al 34,0% (30.171  personas), lo mismo que la indigencia: del 8,7 al 6,5% (5.751 personas).

Finalmente, en el cordón que va del norte bonaerense referenciado por San Nicolás a la santafesina Villa Constitución, la tasa de pobres se redujo levemente: del 31 al 28,8% (53.516 personas), en tanto que la indigencia también exhibió una contracción: del 8,7 al 6,6% (12.182 personas).

Vale señalar que la medición de la pobreza con el método de la “línea de pobreza” (LP) consiste en establecer, a partir de los ingresos de los hogares, si estos tienen capacidad de satisfacer –por medio de la compra de bienes y servicios– un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales.

En tanto, el concepto de “línea de indigencia” (LI) procura establecer si los hogares cuentan con ingresos suficientes como para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. De esta manera, los hogares que no superan ese umbral o línea son considerados indigentes.

Fuente: LetraP.com