El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ya tuvo un conflicto diplomático antes de asumir el cargo, luego de sostener una conversación telefónica con la presidenta de Taiwán, un estado bajo soberanía China pero con aspiraciones independentistas.

El gobierno chino presentó hoy una protesta formal ante Estados Unidos por la conversación telefónica que mantuvieron ayer Trump y la presidenta de Taiwan, Tsai Ing-wen, una llamada que según el gobierno taiwanés se realizó en base a un «acuerdo preestrablecido» entre ambos.

La agencia oficial de noticias china Xinhuá informó que Beijing urgió a Washington a mantener su compromiso con el principio de una «sola China», y pidió al presidente electo que maneje de forma cuidadosa los asuntos relacionados con Taiwán para evitar que las relaciones bilaterales se vean dañadas.

La queja formal se produce luego de que el que ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, minimizara el episodio en declaraciones a la televisión hongkonesa, Phoenix TV.

Wang Yi, consideró que se trató de un «pequeño truco» que no alterará el respaldo de Estados Unidos a China en la disputa territorial, aunque subrayó que las relaciones entre ambas potencias residen en el respeto al principio de una sola China.

La comunicación telefónica se da en un momento de tensiones entre Beijing y Taiwán tras la llegada al poder -en enero- de Tsai, del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP).

Beijing elevó la presión sobre la isla cortando todos los contactos a nivel oficial para forzar a Tsai a reconocer que la isla es parte de China.

De ahí la importancia para Beijing de la llamada entre Trump y la presidenta taiwanesa, un contacto de alto nivel que no se producía desde hace casi cuarenta años.

«Para Taiwán, las buenas relaciones en el estrecho de Formosa (otro de los nombres con los que se conoce a la isla) y las buenas relaciones con Estados Unidos son igualmente importantes y muy útiles para la paz y estabilidad en la región», señaló Huang citada por la agencia EFE.

El hecho de que Trump haya accedido a hablar con Tsai se interpreta como un éxito y un avance en los lazos bilaterales en muchos sectores, si bien otros piden cautela.

Y es que el acercamiento de Trump a Taiwán añade más tensión a la relación entre Beijing y Taipei -que cortaron todos los contactos oficiales con la llegada de Tsai al poder-, y suscitó dudas sobre la política exterior que emprenderá el magnate cuando se instale en la Casa Blanca.

La llamada y los posteriores mensajes de Trump en Twitter, donde aludió a la venta de armas de Estados Unidos a Taiwán, generó preocupación en China, y el experto cree que todo apunta a que el nuevo presidente anunciará más ventas cuando esté en el cargo, lo que derivará en un nuevo enfrentamiento.

Por el momento, el hecho de que Trump haya accedido a hablar con Tsai ya se ha interpretado en la isla como un «éxito» y un avance en los lazos bilaterales.